Por: Laura Daniela Tazama Quiroga
Programa de Comunicación Social – Periodismo
Taller de periodismo narrativo y literatura
En la infancia y adolescencia se desarrolla nuestra personalidad, constantemente estamos viviendo emociones y experiencias que nos forjan para un futuro, pero realmente ¿podemos cambiar ese chip? o simplemente ¿seguimos la misma línea?
El 27 de octubre de 1928 nació Perry Edward Smith, un hombre criado bajo la pobreza en su infancia, vivió un largo tiempo en una camioneta junto a su familia, conoció muchos asilos para menores, tenía una madre alcohólica y un padre que la maltrataba, nada fácil para empezar con su corta vida. A sus seis años no había disfrutado mucho de su niñez, una familia que a simple vista no transmitía amor , ni cariño, no tenían esa palabra de buena sociedad “Una familia feliz”, no compartía mucho con otros niños, era solitario pero interesante, sus padres se separaron por consecuencia de agresiones y conflictos entre ellos, Smith quedó a cargo de su padre, quien lo llevó a vivir con él, mientras que sus otros hermanos quedaron en un asilo, tiempo después su madre murió ahogada con su propio vómito, un hecho que aun siendo pequeño, lo llenaba como una experiencia poco agradable, no compartió mucho con su ella, no sintió el amor de mamá, no forjó su parte maternal como normalmente debe suceder.
Como en toda relación padre e hijo hay discusiones y una de ellas llevó a que Perry se fuera de casa a sus 16 años, quizás en ese lapso pudo sentir apoyo paternal y haber sentido un poco de amor en su corazón. Estuvo en el ejército y participó en la Guerra de Corea como ingeniero mecánico donde obtuvo una estrella de bronce por destacarse en tal oficio, al parecer todo marchaba bien, parece que se está formando un hombre de bien, una persona con sus cabales en la tierra y con el razonamiento posible de definir entre el bien y del mal.
Perry emprende un viaje a visitar a su padre tras una reconciliación que tuvieron, pero en el camino, como en todo no sabemos qué va a pasar, tuvo un accidente con efecto de un año de rehabilitación y en los huesos de sus piernas una molestia permanente , ¿será que esa experiencia le generó algún tipo de odio o rabia?, sin dinero , su mente solo le generó una solución “robar” ¿qué le cambió ese chip que hay en la mente para llegar a pensar que podría robar una tienda ? ¿Qué no habría consecuencias? . No hace mucho se estaba conmemorando una estrella encima de su camisa justo en el pecho y miles de aplausos, ahora se iban a generar unas esposas en sus manos y miles de voces criticando y juzgando. ¿Quizás esta experiencia sirva y cambie su actuar?, bueno a consecuencia de ello es capturado, pero escapa, muy seguramente su chip aumento al lado malo donde atrae lo prohibido e incita hacerlo sin importar que afecte. Días después nuevamente es capturado y condenado entre los cinco y diez años.
Dos de sus hermanos se habían suicidado, nada común en una familia “normal” otro hecho infame que llena su corazón quizás de más odio y que lo hace seguir por el mismo camino.
En la cárcel conoce a Dick Hickock quien lo contacta con el que sería el destino de su muerte Floyd Wells, un hombre que hace algún tiempo había trabajado para una buena familia con apellido Clutter, de dinero, con buena reputación, trabajadores, buenos hijos, buena formación familiar. Pero la avaricia y la ambición gana más en la mente Perry y Dick querían fortuna y esa familia era la indicada. El 15 de noviembre de 1959 a las 23:30 de la noche, se escucha nada más que el viento en las tejas, una noche silenciosa, y quizás el chasquido de algunas hojas secas en el suelo que suelen pisar algunos animales nocturnos, todo parecía normal hasta que por esa puerta de forma brusca y aterradora entraron los asesinos en busca de una “caja fuerte”, revolcaron camas, cajones, levantaron colchones, cojines, amordazaron a los cuatro miembros de la familia , existía un objetivo llevarse el dinero y no dejar testigos, el miedo de los Clutter lo dejaban al respirar y en su mirada se reflejaba los miles pensamientos que los abundaban. Perry parecía ser un hombre bueno, hasta la Guerra de Corea, con una infancia poco agradable, pero ¿quién no tiene malos momentos en su vida? ¿Nunca pensó si fuera la familia de él? ¿a poco no le importaría ver a su madre y padre? El ruido que acomoda las balas de una escopeta aumentaba la tensión en aquel sótano, Dick y Smith cruzan palabras, inmediatamente con un cuchillo es degollado la columna de una familia el señor Clutter y no bastando con esto, suena como una vida se desvanece con sonido abrupto, fuerte y desgarrador un tiro en su cabeza, lleno de poder Perry, asesina a los demás integrantes de esa gran familia, solo le basto cuatro tiros a cada uno para desaparecer un legado, una generación. ¿Qué pasaría por la mente de este homicida?, pudo ser su hermana o su hermano, pero como ya no tenía entonces no tenía de qué aferrarse, no sembró desde pequeño, la empatía, el amor, no tuvo remordimiento alguno, menos de 50 dólares se llevaron aquel día, pero dejaron una familia destrozada.
Fue capturado tiempo después junto a su compañero de crimen, fueron condenados a muerte, ¿será que pensó alguna vez que ese sería su final?, nadie sale invicto, y menos por el camino más errado de todos. Más de dos mil días en una cárcel, las mismas cuatro paredes, el mismo aire, las mismas pesadillas y pensamientos, trató de suicidarse dejando de comer, pero no lo logró, hubo apelaciones, interventorías, pero ninguna le quitó lo que desde un principio el juez pronunció y dictó en aquella sentencia, el 14 de abril de 1965 a la 1:19 de la madrugada sonó una cuerda apretada en un cuello humano descolgando al vacío el cuerpo de Perry Edward Smith. 36 años tenía cuando lo ejecutaron, 36 años donde no conoció el amor, donde dejó influir su mala infancia en crear una adultez desastrosa, se llevó cuatro personas a sangre fría en sus manos. No aprovechó la esencia de la vida, el disfrutar, el gozar, el vivir cada día más, desperdicio quizás un futuro de ingeniero mecánico o de convertirse en el ser el padre que nunca tuvo, llegó al mundo a desaprovechar una de las cosas intangibles que se pueden hacer a la manera que se quiera, la dichosa y caprichosa VIDA.