Por: Johanna Reyes
En un contexto marcado por la complejidad de la vida contemporánea y los cambios sociales profundos, la literatura enfrenta el reto de narrar lo que se oculta detrás de las apariencias, de las calles y de los vínculos humanos, Felipe Agudelo Tenorio, escritor, poeta y guionista bogotano, comparte su visión sobre cómo la palabra literaria puede revelar la oscuridad, la tensión y los conflictos internos que atraviesan a las personas, convirtiéndose en un espacio donde se conjugan la observación, la sensibilidad y la reflexión profunda sobre la condición humana.
El escritor nació en Bogotá y ha dedicado su obra a explorar la complejidad emocional de las ciudades mediante a las obras literarias: Búsqueda Incesante, Murallas Infinitas y su obra más reciente La Compañía de las Bestias. Es narrador, poeta y también guionista para televisión, con una sólida trayectoria en escritura literaria, investigación narrativa, creación audiovisual y análisis cultural.
A lo largo de su carrera, ha profundizado en la comprensión de los conflictos internos y externos de los personajes, consolidándose como una voz clave en la literatura que explora la psicología humana. En Las raíces de los cielos, escrita cuando apenas rondaba los veinte años, abordó con madurez temprana las fracturas emocionales y la tensión entre identidad y destino.
Más adelante, en Murallas infinitas, exploró la memoria y las huellas que el pasado deja en las personas, mientras que en La balanza encantada indagó en las tensiones afectivas y los dilemas que configuran la vida interior. Su obra, que integra poesía, narrativa y ensayo, mantiene como eje la condición humana y sus zonas más vulnerables, revelando miedos, fragilidades y sombras que acompañan a los individuos.
La literatura desde los territorios para sentir las memorias
En un país donde la ciudad se convierte en un territorio de tensiones, silencios y memorias superpuestas, las obras de Felipe Agudelo se han abierto paso como una mirada crítica y sensible sobre lo que la vida urbana revela y oculta. Desde la poesía y el cuento hasta la novela y los guiones para televisión, su escritura ha transitado distintos lenguajes que le han permitido construir una voz propia, marcada por la observación minuciosa y la capacidad de leer lo humano en sus zonas más frágiles.
“La literatura sigue siendo un lugar para pensar lo que la ciudad hiere, oculta y transforma”, afirma Felipe Agudelo. “En un mundo acelerado, hay que volver a mirar, volver a escuchar, volver a sentir”.
Para el autor, no se trata de rechazar los cambios ni las nuevas formas de narrar, sino de comprender cómo la sensibilidad literaria dialoga con las exigencias de otros medios. Su paso por la televisión, por ejemplo, le permitió asumir una narrativa que demanda ritmo y estructura sin renunciar a la profundidad emocional que caracteriza su obra.
Conversar con Felipe Agudelo es acercarse a las capas íntimas de su oficio: las primeras lecturas que moldearon su mirada, el descubrimiento inesperado de su primera novela, las preguntas que lo han acompañado desde la juventud y las maneras en que la literatura negra, la que indaga en la ciudad, la violencia contenida y la sombra cotidiana ha influido en su propia escritura.
Por lo anterior, es necesario ver al autor reconstruyendo su trayecto creativo, desde los orígenes de su escritura hasta su experiencia como guionista. Comprender sus reflexiones sobre los géneros que ha explorado, las ciudades que lo inspiran y las inquietudes que han guiado sus obras se aprecia en el siguiente diálogo que ustedes pueden ver a continuación:
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Diálogos de resistencias y las plataformas de la novela oscura
Felipe Agudelo Tenorio ha construido una obra literaria que dialoga con lo oscuro, lo marginal y lo invisible. Su recorrido por la poesía, la narrativa y el guion lo ha llevado a explorar las sombras humanas, las fracturas de la memoria y los ecos que deja la violencia en los cuerpos y en las ciudades. Para él, la literatura negra no es un género, sino una forma de mirar el mundo desde la profundidad y desde aquello que otros prefieren evitar.
La literatura levanta sus relatos desde la intimidad y hoy también migra a nuevas plataformas y lenguajes. Por eso, Felipe Agudelo comparte cómo surgieron sus búsquedas entorno a lo oscuro, qué representa para él este universo simbólico y cómo sus obras conversan con el dolor, la memoria y la resistencia. Sus palabras permiten entender desde su propia voz el origen de estas obsesiones, sus influencias y las razones que lo llevan a seguir explorando aquello que habita en penumbra:
La narrativa desde lo reflexivo y la creatividad
Más allá de la novela o el poema, Agudelo ha encontrado en la escritura un acto profundamente reflexivo. Su paso por la televisión, como guionista de series nacionales como La hija del mariachi y La ley del corazón, le permitió comprender que narrar también es construir formas de ver. Los guiones de televisión implican trabajo colectivo y coordinación con productores, directores, fotógrafos y actores, y su experiencia le enseñó que la escritura puede ser un acto de inspiración y disciplina al mismo tiempo.
“Creo en la inspiración, porque sin inspiración no existe; pero también creo en la disciplina y en la planificación, especialmente en los guiones”, comenta Felipe Agudelo. Esta combinación de creatividad y organización se refleja en su obra literaria, donde los personajes enfrentan pérdidas, búsquedas y conflictos internos, siempre en diálogo con las tensiones que atraviesan sus vidas.
Su experiencia en televisión también le permitió observar cómo la industria influye en la forma de contar historias, cómo los equipos creativos trabajan de manera coordinada y cómo cada decisión artística o técnica afecta el resultado final. Estas lecciones han permeado su trabajo literario, enseñándole a combinar intuición con planificación, emoción con estructura, y sensibilidad con técnica.
Atmósferas oscuras y personajes con historia
El universo literario de Felipe Agudelo Tenorio se analizan las atmósferas oscuras, tensiones psicológicas y una sensibilidad que dialoga con la literatura negra. En este dialogo sonoro se exploran las claves de esta tradición y la manera en que sus novelas y cuentos revelan aquello que suele esconder la ciudad y la mente humana: miedos, silencios y sombras persistentes. La voz del autor ofrece una lectura íntima sobre cómo lo oscuro se convierte en un recurso para iluminar lo que permanece oculto.
También profundiza en la relación de Felipe Agudelo con sus personajes: cómo cada historia surge de la observación de la vida real, del análisis de la psicología humana y de la comprensión de cómo los entornos y emociones se entrelazan, dando lugar a relatos que combinan tensión, misterio y reflexión.
La autenticidad de la voz literaria según Felipe Agudelo
Aunque para muchos las plataformas digitales representan un acceso inmediato a información y referentes, para Felipe Agudelo el verdadero desafío está en conservar la autenticidad de la voz literaria. La literatura negra nace del oficio: escribir, fallar, corregir y reescribir. Se nutre de la experiencia, de la vida y de la lectura profunda de los grandes autores.
“La literatura no compite con la velocidad digital”, dice Agudelo. En un mundo acelerado, escribir se convierte en un acto de resistencia frente a la inmediatez. Hay historias que necesitan silencio, observación y lentitud; experiencias que solo pueden narrarse desde la intimidad de la palabra escrita.
El escritor también enfatiza que leer, vivir y reflexionar son pilares fundamentales para construir una voz propia. Cada lectura, cada vivencia y cada conversación enriquecen la narrativa, generando una obra que dialoga con el tiempo y con el entorno humano, sin perder autenticidad ni profundidad.
A continuación, se presenta una línea de tiempo que permite recorrer la trayectoria literaria de Felipe Agudelo Tenorio. Más que una cronología, es un mapa para comprender cómo sus obras se han transformado y fortalecido: la publicación de novelas, libros de cuentos y poemarios que muestran la consolidación de su voz literaria y su diálogo constante con la psicología humana, la memoria y los conflictos emocionales.
Esta línea de tiempo permite al lector apreciar la evolución de las obras de Felipe Agudelo, la consistencia de sus temas y la manera en que ha mantenido su exploración de los conflictos psicológicos, los personajes complejos y los espacios oscuros a lo largo de los años.
Reconocer la literatura en escenarios de transformación
En una era dominada por pantallas, métricas y estímulos acelerados, la obra de Felipe Agudelo Tenorio se levanta como un recordatorio de que la literatura sigue siendo un territorio para explorar la experiencia humana sin diluirla en tendencias.
Los espacios, los personajes y los conflictos internos cambian, pero la palabra literaria permanece como espacio de memoria, reflexión y sensibilidad. La narrativa de Agudelo no compite por visibilidad: construye sentido, pausa y profundidad. Recupera lo que la modernidad intenta olvidar y le da forma para que continúe habitando la conciencia del lector.
Sus obras invitan a conservar la mirada, escuchar los silencios y reconocer en la literatura un espacio que puede sanar, acompañar y revelar. Felipe Agudelo Tenorio confirma que, aun en tiempos de transformación, la palabra sigue siendo uno de los pocos lugares donde es posible pensar, sentir y resistir, y que la literatura negra es un vehículo para explorar la oscuridad y la complejidad de lo humano.
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