Por Nicol Ximena Delgado Brandn Alexis Duarte
Al hablar de consumo de sustancias psicoactivas, lo primero que se debe entender es qué son estas drogas: es toda sustancia que, introducida en el organismo, por cualquier vía de administración, produce una alteración del funcionamiento del sistema nervioso central y es susceptible de crear dependencia, ya sea psicológica, física o ambas.
Además, las sustancias psicoactivas, tienen la capacidad de modificar la conciencia, el estado de ánimo o los procesos de pensamiento de la persona que las consume. Los efectos que puede generar son estimulantes, depresores y alucinógenos.
Tipos se sustancias psicoactivas
Depresoras | Estimulantes | Alucinógenas |
Estas son sustancias que atenúan o inhiben los mecanismos cerebrales actuando como calmantes o sedantes, desaceleran el funcionamiento y la velocidad de la actividad mental y de ciertas funciones físicas, de coordinación motriz y tono muscular. Disminuyen el ritmo del sistema nervioso, de los latidos del corazón, de la respiración, el tono muscular y la atención, producen reacciones lentas. | Son sustancias que aumentan los niveles de actividad motriz cognitiva, refuerzan la vigilia, el estar en un estado de alerta constante y la atención y, a menudo, tienen potencial euforizante. Aumentan la frecuencia respiratoria, la tensión muscular, los latidos de corazón y la presión arterial, incrementan la actividad física, producen agotamiento, alucinaciones. | Son sustancias que distorsionan la percepción de la realidad, alteran los sentidos, produciendo distorsión en la percepción de visiones, audiciones y generando sensaciones irreales. Aumentan los latidos del corazón, producen tolerancia y dependencia psicológica. |
El alcohol, opiáceos, tranquilizantes, hipnóticos, barbitúricos, inhalantes. | La coca, crack, bazuco, nicotina, cafeína, bebidas energizantes y éxtasis. | La marihuana, ácidos como el LSD y hongos. |
El consumo de sustancias de psicoactivas en Bogotá
En Colombia el consumo de sustancias psicoactivas es un tema que afecta a todas las personas sin importar su estrato socioeconómico o edad, según estudio de la UNODC (La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito) realizado en el 2022 en la ciudad de Bogotá.
El consumo de sustancias psicoactivas es mayor en hombres que en mujeres, jóvenes entre 12 y 14 años y los estratos 1 y 2 son los que más uso de estas sustancias tienen entre todos los estratos socioeconómicos, llegando al punto de un uso elevado, generando dependencia.
En los jóvenes de un rango de edad de 12 a 17 años se presentaron tasas de abuso y dependencia de sustancias psicoactivas; por otra parte, en las localidades donde se encontró mayores índices de consumo de sustancias ilícitas, fueron Chapinero, Barrios Unidos y Teusaquillo con 14.24%, seguida de Usaquén con 14,5%.
“Pedir ayuda no te hace débil”: Natalia Rojas
La historia que leerá a continuación es de una joven que como tantas otras se dejó consumir por el consumo de sustancias psicoactivas, por petición de la protagonista su nombre ha sido cambiado* para proteger su identidad, pero, realmente, la persona puede ser cualquiera en esta sociedad.
Natalia Rojas*, quien hoy tiene 25 años, es una joven que tocó fondo debido al consumo de sustancias psicoactivas; a pesar de vivir de una manera acomodada, lucían como una familia ideal. Hija única de una familia amorosa, con un hogar lleno de estabilidad.
Sus padres, siempre se aseguraron de que ella tuviera lo necesario para estudiar, divertirse y planear un futuro brillante. Nunca tuvo que pasar necesidades, y las vacaciones familiares eran la recompensa anual por el esfuerzo de todos.
A los diecisiete años, ella era el orgullo de sus padres: una estudiante con buenas notas, un círculo de amigos estables, y aspiraciones de entrar a la universidad para estudiar arquitectura. El mundo, al menos en apariencia, la esperaba con los brazos abiertos. Pero a pesar de ello, tenía un vacío que nadie notaba, ni siquiera ella.
Como Natalia, que puede parecer tenerlo todo, muchos jóvenes sienten que algo les hace falta y por este motivo se dejan influenciar por las personas que los rodean. Según un estudio realizado por la Universidad de Córdoba, en Montería, se observó que se hacen visibles las condiciones de vida de este tipo de jóvenes, y la exposición permanente con la tenencia de amigos y familiares cercanos que son consumidores.
Para Natalia el consumo llegó al intentar conocer nuevos amigos, jóvenes que se encontraban en el círculo de consumo de drogas psicoactivas y, a eso, se le debe sumar la vulnerabilidad producida por la edad.
“Empecé a salir más los fines de semana. Al principio era normal, solo quería divertirme”, relata Natalia y agregó: “las primeras veces fueron con mis amigas de siempre, pero luego conocí a otras personas. Eran diferentes, más parchados. Me gustaba estar con ellos porque no me pedían nada”.
Lo que empezó como salidas tranquilas a fiestas y bares, luego se convirtió en algo más peligroso. Natalia se encontró en ambientes que no eran los frecuentados por su familia, sus hábitos cambiaron, dejando atrás como se había formado en casa.
El alcohol, al principio, fue el único invitado extra en esas noches largas. Después llegaron las sustancias psicoactivas. “La primera vez que probé cocaína fue en una fiesta, la verdad no sé ni por qué lo hice solo veía que todos lo hacían y pensé que, si ellos podían, entonces yo también”.
Natalia cuenta que no sintió el peligro, ni tampoco tuvo miedo en ese momento. Todo parecía emocionante, nuevo y, sobre todo, liberador.
Se sentía fuera de las expectativas y presiones que la habían acompañado toda su vida. Sin embargo, lo que comenzó como una nueva experiencia en el momento, se fue convirtiendo en una dependencia.
“Al principio, solo lo hacía los fines de semana. Después, durante la semana, cuando me sentía mal o cansada, buscaba cualquier excusa para volver a consumir”, confiesa con la mirada fija en el suelo.
A medida que pasaban los meses, su vida comenzó a desmoronarse. Sus calificaciones en el colegio cayeron, dejó de ver a sus amigos de toda la vida, y la relación con sus padres empezó a agrietarse.
Natalia se alejaba cada vez más del hogar que había sido su lugar seguro siempre. Enfrentó bastantes y constantes discusiones con sus padres, quienes no entendían el cambio brusco en su actitud.
“Mis papás me confrontaban, pero no sabían qué hacer. Yo les decía que estaban exagerando, que era normal salir y divertirse. No veían lo que estaba pasando en realidad”, expresa Natalia.
La situación llegó a un punto complejo cuando Natalia dejó de asistir a clases por completo, sus ausencias se hicieron permanentes, y el dinero que usaba para su estudio, se esfumaba en drogas.
“Hubo un día que me desperté en una casa que no conocía, rodeada de gente que ni siquiera recordaba haber conocido la noche anterior. Ahí me di cuenta de que estaba empezando a tocar fondo”.
Luego de esa experiencia, ella quiso salir de ese mundo, pero el proceso de rehabilitación fue largo y doloroso. Natalia, finalmente, aceptó la ayuda que sus padres le ofrecían, como siempre dispuestos a cualquier cosa por el amor a su única hija, con el apoyo de ellos, empezó su tratamiento.
La recuperación de Natalia
“No fue fácil. Estuve meses en terapia, luchando contra mí misma. No es solo dejar de consumir sustancias psicoactivas, es enfrentarte a lo que te llevó hasta ahí » menciona ella.
A sus 22 años, dejó atrás aquella etapa de su vida. Está de vuelta en la universidad, retomando su carrera. Aún asiste a grupos de apoyo para mantenerse firme en su recuperación.
“Hoy puedo decir que estoy bien, pero no es algo que se cure de un día para otro. Es una batalla constante”.
Al finalizar la conversación, Natalia sonríe, con un brillo de esperanza en sus ojos, pero también con la certeza de que su historia es un recordatorio de que el abismo de las drogas puede asechar incluso a los que parecen tenerlo todo.
“Si puedo compartir algo con otros, es que pedir ayuda no te hace débil, al contrario, es lo más valiente que puedes hacer”.
La historia de Natalia Rojas* es solo una muestra de cómo el consumo de sustancias psicoactivas afecta a muchos jóvenes en Bogotá, incluso aquellos que, en apariencia, tienen una vida acomodada.
Esta situación refleja una problemática más profunda en la ciudad y el país: el aumento del consumo de sustancias psicoactivas y las dificultades para acceder a ayuda efectiva.
Redes de Apoyo
Muchas personas, como Natalia, se encuentran con barreras para recibir ayuda adecuada. Si bien existen servicios como la Línea 106 de la Secretaría de Salud, que ofrece orientación psicológica y apoyo a los consumidores de sustancias psicoactivas, un alto porcentaje de los ciudadanos no sabe cómo acceder a estos servicios o sienten vergüenza de pedir ayuda y, en muchos casos, solo recurren a buscar ayuda cuando la situación se ha vuelto insostenible.
Según un estudio de la UNODC (Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito) sobre el consumo de sustancias psicoactivas en Colombia, indica que el 40% de los consumidores no busca ayuda profesional hasta que han pasado varios años desde que comenzaron a consumir. Esto pone de manifiesto la falta de accesibilidad y la estigmatización en torno a las personas que luchan con adicciones.
La dificultad para obtener ayuda no solo está relacionada con la falta de conocimiento sobre los recursos disponibles, sino también con la limitada capacidad de los centros de tratamiento para atender la creciente demanda.
Aunque existen programas como Más mente, más prevención, que buscan informar y educar a los jóvenes y sus familias sobre los peligros del consumo y la prevención de sustancias psicoactivas, sigue siendo insuficiente frente al crecimiento de la problemática.
Además, existen equipos de reducción de riesgos y daños en los planes de salud pública de la ciudad. Organizaciones como «Échele cabeza» trabajan en la prevención de consumo de sustancias psicoactivas desde un enfoque educativo, brindando información sobre el consumo de drogas y sus consecuencias; especialmente, en redes sociales.
Acciones del marco legal para la regulación del consumo de sustancias psicoactivas
Conocer los decretos en cuanto al marco legal del consumo de sustancias psicoactivas es importante para la regulación de este.
Opciones de ayuda frente al consumo
Hay equipos de reducción de riesgos y daños en el plan de salud pública en Bogotá, en la actual vigencia se establecen cuatro puntos fijos, de acuerdo con la siguiente relación:
Subred | Lugar | Dirección | Día | Horario |
Norte | Plaza de Lourdes | Kr 13 #63-2 | Jueves | 10:00am-4:00pm |
Centro Oriente | CC Centro Mayor (parte externa, costado occidental) | Cl.38A Sur #34d-51 | Miércoles | 10:00am-4:00pm |
Sur Occidente | Zona bancaria Bosa | Cl. 65 sur 78h 51 | Jueves | 9:00am-3:00pm |
Sur | Puente de Venecia | Cl. 40 sur #68-1 | Jueves | 9:00am-3:00pm |
De las drogas a la condición de calle
La historia de Brayan Ariza, un joven de 24 años, proveniente de la ciudad de Barranquilla, que llegó a la capital de Colombia junto con su madre y su hermano mayor a finales del año 2022, con el fin de buscar mejores oportunidades ya que en su tierra natal, existía escases de empleo y la situación era muy dura para ellos.
Al llegar a la ciudad, tuvieron que quedarse por un tiempo hospedados en la localidad de Suba donde una conocida; en ese tiempo, Brayan conoció a la mujer que, actualmente, es su novia y con quien lentamente empezaron a hundirse en el consumo de sustancias psicoactivas.
Aunque él, antes de llegar a la ciudad consumía marihuana, lo hacía ocasionalmente, pero cuando empezó a vivir en Bogotá y luego de conocer a su novia, ese consumo empezó a ir en aumento, ya no era solo marihuana lo que consumía, probó el perico y según indica él, le gusto aún más.
Su madre al enterarse de que Brayan es consumidor de sustancias psicoactivas, no lo apoyo; al contrario, lo echó a la calle, sin permitirle ni siquiera acercarse a visitarla. Actualmente, Brayan vive en la calle junto con su novia y ambos buscan la manera de poder sobrellevar la situación de calle y consumo.
Así relata Brayan Ariza los pormenores de su vida en el mundo de las drogas:
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Dispositivos de Base Comunitaria y las ZOE: David Velasco
David Velasco es profesional de piscología graduado de la Fundación Universitaria Iberoamericana y, actualmente, ejerce su profesión como coordinador de proyectos sociales en consumo de sustancias psicoactivas bajo un modelo del goce y el disfrute y la gestión de los riesgos, orientándolo desde el arte y la cultura.
En esta entrevista, David explica abordaje psicológico desde lo comunitario, describe qué son los Dispositivos de Base Comunitaria y las Zonas de Orientación Escolar (ZOE) y cómo estos modelos de prevención del consumo son realizados en localidades como Ciudad Bolívar y Santa Fe.
Mortalidad por consumo de sustancias psicoactivas
Según estudios del Ministerio de Justicia y el Instituto de Medicina Legal, entre 2013 y 2022 se registraron 51,405 muertes asociadas al consumo de sustancias psicoactivas, las sustancias que más se relacionaron como causantes de la mortalidad por consumo entre periodo 2013 a 2020 fueron:
- Marihuana 1813 muertes
- Cocaína 3469 muertes
- Alcohol 24723 muertes
El 90% de las muertes asociadas al consumo de sustancias psicoactivas, involucra hombres, con 6.312 casos; ahora bien, el 10% corresponde a mujeres, con 905 defunciones.
Departamento | Hombres | Mujeres | Total | ||
Número | % | Número | % | ||
Bogotá D.C | 1.130 | 87.3 | 164 | 12.7 | 1.294 |
Antioquia | 1.067 | 89.3 | 126 | 10.7 | 1.192 |
Cundinamarca | 617 | 92.6 | 49 | 7.4 | 666 |
Valle del Cauca | 381 | 87.4 | 55 | 12.6 | 436 |
Santander | 282 | 92.2 | 24 | 7.8 | 306 |
Tolima | 263 | 88.0 | 36 | 12.0 | 299 |
Boyacá | 256 | 93.8 | 17 | 6.2 | 273 |
Nariño | 227 | 91.2 | 22 | 8.8 | 249 |
Norte de Santander | 220 | 89.8 | 25 | 10.2 | 245 |
Meta | 218 | 91.6 | 20 | 8.4 | 238 |
Mayor rango de edades de mortalidad
El 57,8% de las personas están en edades entre 20 a 39 años, en un rango de edad entre 20 a 24 años se registra el mayor porcentaje de casos en mujeres y entre edades de 25 a 29 años se registra el mayor porcentaje de casos en hombres.
Acciones del estado frente a la prevención del consumo
Colombia ha implementado diversas acciones y políticas para enfrentar el consumo de sustancias psicoactivas, enfocadas principalmente en la prevención desde la educación.
Acciones continuas con permanente evaluación
La historia de vida de las personas que consumen sustancias psicoactivas es diversa y no responde a un único contexto social o cultural, como se evidenció en los casos de Natalia y Brayan, dos jóvenes que cayeron en el consumo, pero que vivían en condiciones de vida muy diferentes.
Contar estas dos historias es un llamado a reconocer la importancia de buscar ayuda; en el caso de Natalia, fue el apoyo de sus seres cercanos lo que la orientó a salir adelante, pero no siempre se tiene un apoyo por parte de los familiares y para aquellos como Brayan, que no cuentan con ese respaldo, es importante que puedan conocer las distintas formas de apoyo que les brinda el Estado.
El consumo de sustancias es una problemática que no entiende de edad ni de estrato social. Por eso, esto es un llamado a la empatía y a la colaboración comunitaria, para que en conjunto se puedan buscar soluciones y evitar que el consumo nos consuma.
Lo abordado en este informe especial es solo una parte de lo que se puede aportar en este mundo del consumo de las sustancias psicoactivas. El tema es tan amplio que en el proceso de la investigación encontramos un ensayo, de la comunicadora en formación Jessica Lizarazo Prada, en donde aborda los aspectos generales de las salas de consumo supervisado.
Al hablar con la comunicadora, nos relató como los testimonios que cita hacen parte de conversaciones que revelan aún más detalles y hacen parte de la argumentación de su idea. Es por eso por lo que le pedimos su autorización para que su texto haga parte de este informe especial y de esta manera expanda y enriquezca este relato para que el consumo de sustancias psicoactivas no te consuma.
Salas de consumo supervisado: entre la promesa y la realidad
Por Jessica Lizarazo Prada
Las salas de consumo de sustancias psicoactivas supervisado han surgido como una respuesta ante la problemática del consumo de drogas, en busca de la reducción de riesgos sanitarios y sociales asociados al uso de sustancias psicoactivas como la heroína. Suiza, Alemania y Países Bajos, fueron quienes iniciaron y han liderado su implementación, logrando grandes avances en la disminución de sobredosis, prevención de enfermedades y la reducción del consumo en espacios públicos. Sin embargo, este proyecto que ahora empieza a formarse en Colombia enfrenta algunas limitaciones importantes que evitan la efectividad y alcance real.
En 2023, Bogotá inauguró su primera sala de consumo supervisado, gracias a un proyecto que inició el Centro Democrático y esto marcó un paso hacia una gestión más humana y sanitaria del problema. No obstante, desde su apertura, hay cuestionamientos sobre el diseño y funcionamiento, que parecen estar más adaptadas a un modelo institucional que a las complejidades propias de una crisis de salud pública, sin embargo, esto es algo que no está a simple vista.
Uno de los mayores problemas de esta sala en Colombia es la falta de flexibilidad en sus horarios y servicios. Operando con estrictos horarios de oficina, que no se ajustan realmente a la realidad de un consumidor de sustancias psicoactivas. A menudo, los usuarios necesitan acceso a estos espacios en horarios nocturnos, en medio de un posible ataque de ansiedad y hasta con abstinencia, la restricción de horarios no solo limita el acceso, sino que también perpetúa la sensación de exclusión y desconexión entre las políticas públicas y las realidades de quienes enfrentan la adicción.
Testimonios que revelan sus fallas
Laura, una joven en situación de calle por consumo de sustancias psicoactivas, que en algún momento hizo parte de esta sala, señala que estos espacios están diseñados principalmente para consumidores de heroína, la cual es inyectable, dejando fuera a quienes consumen otras sustancias, como el bazuco, que es una de las sustancias más usadas en el país. Esto pone en evidencia una desconexión entre las características del consumo en Colombia y el diseño de estas iniciativas, que parecen importar modelos de otros países sin adaptarlos a las necesidades y a la realidad local.
El enfoque de las salas de consumo de sustancias psicoactivas supervisado debe ir más allá de la simple mitigación de riesgos inmediatos, como prevenir sobredosis o evitar el uso de jeringas contaminadas. Estos espacios deben concebirse como lugares que ofrezcan dignidad y cuidado a personas que no solo enfrentan una adicción, sino también traumas profundos y exclusión social.
Aunque la implementación de salas de consumo supervisado en Colombia representa un avance gigantesco en la gestión del consumo problemático de drogas, queda claro que estas iniciativas necesitan evolucionar para ser verdaderamente efectivas. Los horarios limitados, la falta de un espacio para aquellos que no tienen a donde ir y el tratamiento a la principal sustancia consumida en Colombia, son algunos de los baches en este proyecto.
Para que las salas cumplan su propósito, deben considerarse que no solo se busca una reducción de daños, sino también la prevención y una posible rehabilitación. Esto implica adaptar esos modelos internacionales a la realidad colombiana, priorizar el acceso a una atención personalizada y garantizar recursos suficientes para su funcionamiento continuo. Además, deberían incluirse programas educativos para disminuir la estigmatización y aumentar la comprensión del propósito real de estos espacios.
En Colombia, donde las raíces del consumo problemático están profundamente ligadas a factores sociales, económicos y culturales, las salas de consumo o no son una solución definitiva, pero pueden ser de gran ayuda y hasta un paso hacia un enfoque más humano y menos estigmatizante. Para eso, es fundamental replantear su diseño y recordar que estás salas más que un lugar “alcahueta”, no son un privilegio, sino una oportunidad de salvar vidas.
Que bueno que hayan personas que aunque sean tan sencillas tienen un interés mejor que aquellos cuellos blancos o politicos sin oficio
Se interesa en personas que un día no tenian ni idea que se fuesen consumiendo por algo que les hace tanto daño