
El Gobierno de Colombia anunció este miércoles 18 de septiembre de 2024 la suspensión de las negociaciones de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Esta decisión se produce un día después de un ataque con explosivos que dejó dos soldados muertos y al menos 29 personas heridas en una base militar en el departamento de Arauca, en el noreste del país.
Las autoridades informaron que los dos militares fallecidos eran parte de una unidad que estaba en operaciones en la región. El atentado ha generado una fuerte condena por parte del gobierno y ha reavivado el debate sobre la seguridad en las zonas de conflicto.
El presidente Gustavo Petro, tras el ataque del grupo guerrillero, expresó su indignación y afirmó que «lo ocurrido prácticamente cierra un proceso de paz con sangre». Esta declaración subraya la gravedad del evento y su impacto en las conversaciones de paz, que comenzaron en agosto de 2022. Este proceso representaba un pilar fundamental de la política de paz del actual gobierno, marcado por la búsqueda de soluciones dialogadas a décadas de conflicto armado.
Por su parte, Antonio García, comandante en jefe del ELN, respondió a la suspensión de los diálogos afirmando que, a pesar de la reactivación de las operaciones militares por parte del Gobierno, nunca se había discutido una ruptura definitiva de las conversaciones. Aunque se mostró crítico ante algunas decisiones de Petro, dejó la puerta abierta a una posible continuidad de los diálogos, aunque no se pronunció directamente sobre el atentado en Arauca.
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Un historial de fracasos en la búsqueda de paz con el ELN
Este no es el primer intento de Colombia por establecer un acuerdo de paz con el Ejército de Liberación Nacional. En las décadas de 1990 y 2000, múltiples negociaciones fracasaron cuando el grupo insurgente continuó con su campaña de violencia. En cada ocasión, el ELN aprovechó los ceses al fuego para reagruparse y fortalecer su posición, evidenciando su falta de disposición para comprometerse con un proceso de paz genuino.
A pesar de la suspensión actual de las negociaciones, el Gobierno Nacional ha señalado que no se descarta la posibilidad de retomar los diálogos en el futuro. El ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, en una entrevista para medios nacionales, comentó que «hoy lo que tenemos es prácticamente una conversación, una negociación, unos diálogos que no existen ya desde hace varias semanas».
Gustavo Petro también ha advertido que la paz está en riesgo si no se protege la vida de los jóvenes y las familias vulnerables en las zonas afectadas por el conflicto. Esta situación plantea un dilema para el Gobierno, que busca equilibrar la seguridad con la necesidad de establecer un diálogo efectivo con grupos armados.
La suspensión de los diálogos de paz representa un nuevo capítulo en la historia del conflicto armado en Colombia. La posibilidad de retomar las conversaciones dependerá, en gran medida, de la voluntad política de ambas partes y de la capacidad del gobierno para garantizar la seguridad de sus ciudadanos en medio de un contexto tan volátil.