
La inflación y las obligaciones crediticias a las que se suman las incertidumbres económicas llevan a que muchas familias rápidamente busquen alternativas para lograr una tranquilidad financiera.
Hablar desde la inversión plantea sensaciones de agobio en los hogares; los gastos inmediatos como matrículas, arrendamientos, préstamos, hacen que una meta de ahorro o inversión se vea lejana.
Pero, ahora más familias tienen claro que mirar a largo plazo no es un gasto opcional, sino una necesidad. Estar seguros de que los hijos podrán estudiar, de que siempre habrá un techo seguro o que no se llegará a la jubilación como a una pesadilla depende directamente de las decisiones que se tomen hoy para lograr una tranquilidad financiera.
La inversión que devuelve la tranquilidad financiera
«Una buena inversión no es aquella que te roba el sueño, sino la que te lo devuelve. El simple hecho de saber que tienes tu dinero protegido y generando escasa rentabilidad, les devuelve la paz a las personas», sostiene María Fernanda López, economista y profesora de la Universidad Nacional.
Esa tranquilidad financiera no proviene de un producto ni de fórmulas mágicas, sino que proviene de la suma de estrategias. Los especialistas sintetizan la hoja de ruta en cinco pasos: diversificar, establecer metas, formarse financieramente, desconfiar de los productos fáciles y contar con asesoría profesional. La diferencia de antes y de ahora es que, hoy por hoy, esos pasos se pueden dar de la mano de la tecnología.
Bancos tradicionales y nuevas plataformas como aliados
Los ecosistemas digitales se han consolidado como un aliado de la inversión responsable para lograr una tranquilidad financiera. No se trata solo de abrir una cuenta de ahorros, sino de interactuar con aplicaciones que integran educación, simuladores, alertas y herramientas para gestionar el dinero con eficacia.
Los bancos tradicionales han desarrollado CDT digitales que bien se pueden abrir desde el celular, obtener tasas de interés competitivas, y no requieren trámites presenciales. Por el contrario, los nuevos bancos han transformado la experiencia del usuario, al ofrecer la creación de «bolsillos digitales» o «objetivos de ahorro» personalizados.
La Superintendencia Financiera y el Banco de la República han implementado la digitalización de su oferta educativa, lo que corresponde a cursos online, calculadoras y guías interactivas que ayudan a comparar productos financieros.
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Fintech, criptomonedas y bel reto de la confianza
La expansión de los productos y servicios FinTech han facilitado aún más el debate sobre otras alternativas, que van desde wallets digitales hasta la inversión en productos de criptomonedas (como podría ser el caso del Bitcoin). A pesar de eso, los especialistas han dejado claro que lo digital no es sinónimo de seguridad: lo importante sigue siendo corroborar la regulación de la entidad y desconfiar de las promesas de rentabilidad «fácil» o «rápida».
La inversión a largo plazo y sin riesgo ya no es un monopolio de los que se dedican a los asuntos del dinero y no se limita a ir a las ventanillas bancarias, hoy convive perfectamente con apps, wallets digitales y plataformas que integran educación, ahorro y asesorías personalizadas.
El verdadero desafío no es el ganar rápido, sino aprender a manejar la tecnología con el sentido común de construir un proceso de concienciación de vivir bien y, en sus propias palabras, de forma correcta, que puede llevarle hacia la tranquilidad financiera.
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