
Por Alvaro Rodríguez H.
Este lunes, 20 de enero, el magnate neoyorquino, Donald Trump, asumió el cargo como el 47º presidente del país, en una ceremonia que, por razones climáticas, se celebró dentro del Capitolio, rompiendo con la tradición de hacerlo en las escalinatas exteriores.
El acto, que contó con la presencia de alrededor de 800 invitados —entre ellos los expresidentes Joe Biden, Bill Clinton, George W. Bush y Barack Obama— comenzó a las 11:47 de la mañana, hora local. La elección de este horario precisó una revisión de los protocolos, pues por primera vez desde 1985, las condiciones meteorológicas impidieron el tradicional desfile presidencial desde el Capitolio hacia la Casa Blanca, siendo sustituido por un acto simbólico en el estadio Capital One Arena, en el que Trump había celebrado la noche anterior un «mitin de victoria».
El día de la toma de posesión: de la ceremonia a los primeros actos presidenciales
El día comenzó temprano para Donald Trump, quien, acompañado de su esposa Melania, asistió a un servicio religioso en la iglesia episcopal de St. John, justo enfrente de la Casa Blanca. Este templo tiene un significado especial para el presidente, ya que en 2020 lo utilizó como escenario para una controvertida fotografía con una Biblia en mano, tras los disturbios por la muerte de George Floyd. Este acto religioso fue seguido por una reunión cordial en la Casa Blanca con el presidente saliente Joe Biden y su esposa, Jill Biden. El encuentro de cortesía tuvo un marcado tono de transición pacífica, antes de que Trump se dirigiera al Capitolio para jurar el cargo.
Un retorno marcado por un radical giro de políticas
Uno de los primeros gestos de Trump tras asumir fue la firma de hasta 100 decretos ejecutivos. Estos órdenes de acción inmediata incluyen planes para revertir muchas de las políticas implementadas por su predecesor, Joe Biden. Entre las medidas más polémicas y anticipadas, se destaca la firma de una orden ejecutiva que establece que, en los Estados Unidos, solo se reconozcan «dos sexos»: masculino y femenino. Con este decreto, Trump busca anular varios programas federales de diversidad, que han sido promovidos bajo administraciones anteriores.
Además, se han conocido planes de deportaciones masivas, un tema recurrente en su agenda durante su primer mandato. Con la firma de estas órdenes, Trump no solo reafirma su visión sobre la política migratoria, sino que también plantea un escenario donde la venganza política podría tener un rol destacado, especialmente con respecto a las investigaciones relacionadas con la toma del Capitolio en 2021.
Un día histórico para la política exterior y los movimientos internos
La toma de posesión de Trump también contó con la participación de líderes internacionales, que acudieron al Capitolio para presenciar el evento. Este detalle refleja un cambio significativo en la relación de EE. UU. con el mundo, pues Trump ha mantenido siempre una postura ambigua entre el aislacionismo y el imperialismo. Su regreso a la Casa Blanca se prevé que signifique un giro hacia políticas más agresivas en términos de relaciones exteriores, mientras se busca redefinir el papel de Estados Unidos en el escenario global.
La figura de Donald Trump, que durante su primer mandato dividió profundamente al país, regresa con un discurso que promete ser igualmente polarizador. Su gobierno está marcado por un fuerte rechazo al cambio climático, el fomento de políticas proteccionistas y un énfasis en el nacionalismo económico. A pesar de las tensiones internas y las numerosas críticas que rodearon su mandato anterior, Trump parece regresar al poder con una base de apoyo sólida y una agenda decidida a recuperar el control en áreas clave de la política estadounidense.
¿Qué esperar de la nueva administración de Donald Trump?
Con 100 decretos ejecutivos en su primer día, Trump ha dejado claro que no perderá tiempo en implementar sus políticas. Desde la reactivación de la maquinaria de deportaciones hasta la firma de órdenes que impactarán directamente los derechos civiles, el clima político en Washington se promete como un campo de batalla. Los opositores del presidente ya están previendo desafíos legales y movilizaciones en defensa de los derechos de las minorías, mientras que los aliados de Trump celebran su regreso con la esperanza de un retorno a sus políticas más estrictas.

El futuro de EE. UU. bajo el liderazgo de Donald Trump se perfila como un período de intensos debates, movilizaciones políticas y, sin duda, un cambio de dirección en la política interna y externa del país. Con el control del Partido Republicano en manos de sus seguidores más leales, Trump busca reafirmar su dominio en un contexto donde la polarización parece estar más viva que nunca.
El regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos abre la puerta a un nuevo capítulo de confrontación política, nacionalismo y decisiones drásticas que podrían redefinir el futuro de la nación. Mientras el mundo observa con atención, el desafío para Trump será cumplir con sus promesas sin fracturar aún más la ya de por sí polarizada sociedad estadounidense.
Trump Inicia su presidencia prometiendo una «Edad Dorada» para EE.UU
En su discurso al asumir la presidencia, Donald Trump delineó una serie de políticas centradas en el principio de «sentido común» y prometió iniciar lo que denominó como una «edad dorada» para Estados Unidos. Estos son los puntos clave de sus anuncios y promesas:
- Restauración de la soberanía y seguridad nacional: Trump enfatizó que su primer objetivo sería recuperar la soberanía de los Estados Unidos y proteger a sus ciudadanos. Para ello, anunció medidas inmediatas como la declaración de una emergencia nacional en la frontera sur para detener la entrada ilegal de inmigrantes y el envío de tropas a la frontera con México. También mencionó que designaría a los cárteles de droga como organizaciones terroristas, utilizando todas las fuerzas federales y estatales para erradicar las redes criminales extranjeras.
- Recuperación económica y energética: Donald Trump prometió frenar la inflación y reducir los precios, lo cual, según él, se debía a un excesivo gasto público y los altos costos energéticos. Anunció que declararía una emergencia energética nacional para aumentar la producción de petróleo y gas en EE.UU., aprovechando los recursos naturales del país. Además, prometió abandonar el Green New Deal y permitir la compra de cualquier tipo de vehículo, ya sea eléctrico o no, restaurando la industria automotriz nacional.
- Reformas sociales y culturales: Donald Trump reiteró su compromiso con la libertad de expresión y prometió poner fin a la censura gubernamental, un ataque directo a las políticas de control de contenido en redes sociales. También abordó cuestiones relacionadas con el género, afirmando que su administración reconocerá solo dos géneros: masculino y femenino, y que pondría fin a los esfuerzos para «diseñar socialmente la raza y el género» en todos los ámbitos de la vida pública.
- Política exterior y ambiciones territoriales: En cuanto a política exterior, Donald Trump destacó la necesidad de que EE.UU. recuperará su lugar como la nación más grande y respetada del mundo. Mencionó planes paraexpandir el territorio estadounidense, haciendo referencia a la colonización de Marte. Además, planteó la idea de recuperar el control del Canal de Panamá que, según él, estaba siendo operado injustamente por China.
- Política militar y de defensa: Donald Trump prometió reforzar el ejército estadounidense, reincorporando a los soldados que fueron expulsados por no haberse vacunado contra el COVID-19, y eliminando las políticas que, según él, introducían teorías políticas radicales en las Fuerzas Armadas. Anunció que su gobierno no solo buscaría ganar batallas, sino también evitar guerras innecesarias, destacando su deseo de ser un «pacificador y unificador».
- Justicia e igualdad: En el plano interno, Donald Trump se comprometió a restaurar la justicia igualitaria y a devolver la ley y el orden a las ciudades estadounidenses. Rechazó la «ingeniería social» que, a su juicio, había sido impuesta por la administración anterior, y subrayó que los esfuerzos para impulsar políticas de diversidad, equidad e inclusión serían detenidos bajo su liderazgo.
- Renovación del sueño americano: Donald Trump cerró su discurso con un mensaje de esperanza, destacando que su elección era un testimonio de que lo imposible puede lograrse en EE.UU. Afirmó que bajo su administración, el país viviría los mejores años de su historia, con una economía floreciente, un sistema de justicia restaurado y un Estados Unidos más fuerte en todos los aspectos.
Trump presentó un plan de gobierno que se centra en la restauración de los valores tradicionales y el regreso de Estados Unidos a una posición de poder global. Su mensaje se orientó a la unidad nacional, la recuperación económica y el fortalecimiento de la seguridad, mientras se comprometió a revertir muchas de las políticas de la administración anterior, especialmente en áreas de inmigración, energía y cuestiones sociales. Otro de los puntos en los que las miradas de la comunidad internacional están pendientes es la guerra de Rusia y Ucrania.
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Trump regresa al poder con un enfoque de “paz duradera” en Ucrania
El regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos está marcado por una serie de promesas de acción inmediata en el ámbito interno, pero también por un giro estratégico en la política exterior. El presidente ruso Vladimir Putin felicitó a Donald Trump por su regreso al poder y se mostró dispuesto a reanudar los «contactos directos» entre Moscú y Washington, especialmente en relación con el conflicto en Ucrania.
Putin, quien ha mantenido una postura tensa respecto a Estados Unidos desde que comenzó la invasión de Ucrania en 2022, expresó su apertura a dialogar con la nueva administración estadounidense para buscar una “paz duradera” en la región. En un mensaje transmitido por la televisión pública rusa, el mandatario señaló que cualquier acuerdo de paz debería basarse en el respeto a los intereses legítimos de todas las partes involucradas.
El deseo de un diálogo con Washington sobre Ucrania
El presidente ruso subrayó que lo “más importante” es abordar las raíces profundas del conflicto, y reiteró las quejas que Moscú ha expresado en repetidas ocasiones sobre la expansión de la OTAN hacia el este, cerca de las fronteras rusas. Para Putin, cualquier proceso de paz debe garantizar que estos problemas sean “erradicados”. Este discurso parece anticipar la línea que Donald Trump podría adoptar en relación con la crisis en Ucrania: la necesidad de abordar los aspectos estructurales del conflicto, en lugar de centrarse exclusivamente en sus consecuencias inmediatas.
En su mensaje, Putin también recordó el deseo de Donald Trump de reanudar los contactos diplomáticos que fueron interrumpidos por la administración de Joe Biden. El líder ruso mencionó que la postura de Trump respecto a una posible solución negociada del conflicto ucraniano ha sido una de las razones por las cuales Moscú ve en su retorno una oportunidad para restablecer los lazos con Washington. Según Putin, Trump podría desempeñar un papel crucial en evitar una “Tercera Guerra Mundial” a través de la diplomacia.
Kiev y Moscú se preparan para las negociaciones
La posibilidad de una mesa de negociación entre Ucrania y Rusia se está haciendo cada vez más palpable. A medida que la guerra se estanca, ambos bandos buscan posicionarse estratégicamente ante un hipotético alto el fuego, mientras intentan presionar a Washington para imponer sus propios puntos de partida en el diálogo. Los líderes europeos también observan con cautela estos movimientos, conscientes de que una resolución del conflicto no solo depende de los dos países en guerra, sino de un consenso global que involucre a potencias clave como Estados Unidos y Rusia.
Donald Trump, durante su campaña, afirmó que sería capaz de resolver el conflicto ucraniano en “24 horas” mediante una negociación directa entre los líderes de ambos países. Aunque su declaración fue tomada con escepticismo por muchos, las palabras de Putin sugieren que Moscú está dispuesto a darle una oportunidad al nuevo presidente para abordar la crisis de una manera distinta a la del gobierno saliente de Biden, que ha mantenido una postura firme de apoyo militar a Ucrania.
Un panorama incierto para Ucrania y sus aliados
El regreso de Donald Trump al poder genera incertidumbre en Kiev, ya que, a pesar de que el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky ha sido un firme defensor de la ayuda militar y económica de Occidente, algunos de los aliados más cercanos de Ucrania temen que una administración Trump modifique su enfoque hacia la guerra. Las declaraciones de Putin sobre la disposición a negociar podrían presionar a Kiev a ceder en algunas áreas, lo que haría que la población y sus líderes se prepararan para posibles concesiones en una mesa de diálogo.
Aunque Donald Trump ha asegurado en varias ocasiones que su principal objetivo es evitar una confrontación global, su enfoque hacia Rusia y Ucrania podría reavivar tensiones dentro de Europa y otros aliados tradicionales de Estados Unidos. Además, la insistencia de Putin en la “igualdad y el respeto mutuo” como base para cualquier acuerdo con Washington podría implicar concesiones diplomáticas significativas, que podrían alterar el equilibrio de poder en la región.
El futuro de la relación entre Rusia y Estados Unidos
El regreso de Donald Trump no solo tiene implicaciones para Ucrania, sino también para las relaciones de largo plazo entre Rusia y Estados Unidos. Durante su primer mandato, Trump fue criticado por sus intentos de acercarse a Putin y sus comentarios ambiguos sobre la invasión rusa en Ucrania. Ahora, con la guerra en curso y los desafíos geopolíticos más pronunciados que nunca, el camino hacia una relación más pragmática con Rusia parece ser una prioridad para Trump.
Sin embargo, los aliados de Estados Unidos, tanto en Europa como en otros continentes, estarán observando con atención cualquier movimiento que Donald Trump haga en su política exterior. La búsqueda de un equilibrio entre la diplomacia y la firmeza militar será crucial para determinar la estabilidad global en los próximos años. Si bien Donald Trumpha prometido actuar rápidamente, su habilidad para manejar las relaciones con Rusia podría ser uno de los mayores desafíos de su segundo mandato.
El Empresario Daniel J. Newlin, candidato a embajador de EE.UU. en Colombia
El presidente Donald Trump ha designado a Daniel J. Newlin como su candidato para asumir el cargo de embajador de Estados Unidos en Colombia, en reemplazo de Francisco Palmieri, quien actualmente se desempeña como encargado de negocios en el gobierno de Joe Biden. Newlin es un reconocido ejecutivo de negocios y ex detective con 28 años de experiencia en la Oficina del Sheriff del Condado de Orange en Orlando, Florida.
Al nominarlo, Donald Trump destacó las credenciales de Newlin, subrayando su vasta trayectoria en el sector privado y su compromiso con causas humanitarias. Además de su carrera en el ámbito de la seguridad pública, Newlin ha sido una figura clave en iniciativas humanitarias internacionales, enviando representantes a Colombia y Sudáfrica para proveer alimentos y construir viviendas para comunidades vulnerables.
En cuanto a su labor en Colombia, Newlin ha enfatizado su trabajo en la coordinación de misiones de ayuda humanitaria y el envío de suministros esenciales. Un ejemplo notable de su implicación fue su rol en la organización de los primeros vuelos de socorro hacia Puerto Rico tras el devastador paso del huracán María en 2017. Además, ha facilitado cirugías cardíacas a niños en el Caribe cada año y ha colaborado en la evacuación de familias en Ucrania, demostrando un enfoque pragmático y global en sus esfuerzos humanitarios.
A pesar de esta nominación de Donald Trump, el nombramiento de Newlin aún debe ser confirmado por el Congreso de los Estados Unidos antes de que pueda asumir el cargo formalmente como embajador en Bogotá.