Redactado por: Naidelith Zamora.
En la tarde del lunes 29 de julio, la situación en Venezuela se tornó crítica tras las elecciones presidenciales que resultaron en la reelección de Nicolás Maduro. Estos comicios fueron denunciados por la oposición como fraudulentos, lo que provocó una oleada de manifestaciones en todo el país. En diversas localidades, manifestantes derribaron estatuas del expresidente Hugo Chávez y destruyeron cartelería de la campaña de Maduro.
Los incidentes más significativos ocurrieron en el estado de Falcón, donde una multitud derribó la estatua del expresidente Hugo Chávez, situada en la plaza de la avenida Shema Saher en la ciudad de Coro. Videos muestran cómo docenas de personas rodean el monumento, mientras algunos manifestantes lo golpean hasta que cae al suelo. Al conseguir derribarla, los presentes celebraron con gritos y levantaron una bandera venezolana en el lugar donde antes estaba la estatua.
El pasado 28 de julio, millones de venezolanos esperaban el fin del régimen de Nicolás Maduro, quien lleva 11 años en el poder. No obstante, el Consejo Nacional Electoral anunció que Maduro ganó las elecciones con más del 50% de los votos, un resultado que ha sido cuestionado tanto por la oposición como por la comunidad internacional, incluyendo países de la región, Estados Unidos y la Unión Europea.
Así mismo, las protestas se enfocaron en destruir y retirar la propaganda electoral de Maduro. Pasacalles, carteles, pancartas y vallas propagandísticas fueron removidos de edificios y estructuras, en un claro intento de la población por manifestar su rechazo al régimen chavista que ha gobernado el país durante los últimos 25 años.
Estas escenas recuerdan las protestas masivas ocurridas entre 2017 y 2018, y se replican en distintos puntos del país. En la ciudad de Calabozo, estado de Guárico, manifestantes utilizaron cuerdas para derribar otra estatua de Chávez, que luego fue destruida con herramientas contundentes.
Para finalizar, la situación en Venezuela continúa siendo tensa, con una sociedad polarizada y un gobierno que enfrenta un creciente rechazo tanto interno como externo. La comunidad internacional observa con atención el desarrollo de los acontecimientos, mientras el país se encuentra en una encrucijada política y social.