Por Zair Dominguez
Este mágico lugar es un ícono mundial del turismo, por su historia, cultura y arquitectura, esta ciudad pérdida en la Montaña Vieja, es mágica en su esencia. Sin embargo, se ve envuelta en diversas protestas y manifestaciones, generando un paro rotundo al sistema que conecta al pueblo con el resto del país.
En declaraciones a El País de España, Emerson Quiroz, uno de los manifestantes líderes declaró “estamos movilizándonos, todo el pueblo de Machu Picchu, de forma autoconvocada,…, diciéndole firmemente al estado peruano, que deje de lado las políticas de privatización y creemos que la tercerización de los boletos virtuales, de venta para la alianza Inca de Machu Picchu es un paso más de la privatización que se pretendería hacer no solo en Machu Picchu sino en los principales centros arqueológicos del país”.
La situación se presenta como consecuencia de la administración que ha tenido, tanto los ministerios de transporte y turismo como la problemática social que lleva más de 7 años, con la administración del tren, que en el año 2017 tuvo una tarifa única para todos sin importar si eran turistas o habitantes.
Las protestas se han desarrollado al punto de que la comunidad tomó la decisión de hacer paro laboral y frenar el comercio de la única ruta de ingreso al territorio, el detonante ante estos disturbios tuvo origen cuando el gobierno peruano adjudicará a Joinnus, empresa privada y plataforma para venta de paquetes turísticos, la comercialización de los tiquetes de ingreso al recinto, por tal motivo, por cuarto día consecutivo desde el pasado jueves, operadores turísticos y residentes mantuvieron cerrados sus negocios y bloquearon accesos en modo de protesta.
En la mañana del 30 de enero el gobierno peruano cito a una mesa de diálogos y una tregua por 24 horas. En la reunión estuvieron presentes los ministros de turismo, cultura y ambiente, el gobernador regional de cusco y representantes de los manifestantes.