
Por: Leidy Janina Téllez, estudiante de Psicología de la Fundación Universitaria San Alfonso. Participante del espacio académico Lecturas y Lectores.
Colombia ha sido escenario de uno de los conflictos armados más prolongados del continente, dejando cicatrices profundas no solo en el tejido social, sino también en la salud mental de miles de excombatientes. A pesar de los esfuerzos por avanzar hacia una paz sostenible, persisten desafíos significativos en los procesos de reparación psicosocial.
En ese contexto, las intervenciones psicosociales no deben entenderse como estrategias asistenciales, sino como herramientas complejas que, si son bien diseñadas, pueden generar transformaciones duraderas.
Este texto sostiene que su efectividad depende de tres pilares fundamentales: la participación de las comunidades, la articulación eficiente entre instituciones y la adaptación cultural de las metodologías. A partir de evidencia empírica y testimonios reales, se argumenta que solo mediante un enfoque integral es posible contribuir a la verdadera reconstrucción social y emocional en contextos marcados por la guerra.
Intervenciones psicosociales: participación, articulación y adaptación
La superación del trauma en excombatientes del conflicto armado colombiano no puede depender únicamente de intervenciones aisladas o estandarizadas. Se requiere un modelo integral que articule tres dimensiones fundamentales: la participación de las comunidades afectadas, la coordinación efectiva entre actores institucionales y la adecuación cultural de las estrategias terapéuticas. Estas dimensiones no son accesorios del proceso, sino condiciones para alcanzar resultados sostenibles.
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La evidencia empírica indica que la participación comunitaria permite resignificar el dolor y reconstruir vínculos rotos por la violencia, lo cual fortalece la resiliencia colectiva. Sin embargo, este potencial se ve limitado cuando las instituciones operan de manera fragmentada, duplicando esfuerzos y perdiendo de vista el objetivo común. Como advierte García y López (2018), la coordinación interinstitucional debe priorizar la flexibilidad operativa por encima de la rigidez burocrática, para responder a contextos cambiantes y necesidades específicas.
Del mismo modo, aplicar modelos terapéuticos sin considerar los referentes culturales de los excombatientes marcados por su entorno rural, su lenguaje simbólico y sus códigos relaciones implica correr el riesgo de fracasar en la adherencia y en la eficacia. Adaptar las metodologías no es un lujo académico ni un obstáculo logístico: es una necesidad ética y técnica.
En conjunto, estos tres elementos configuran un enfoque tridimensional que responde no solo a la complejidad del daño psicológico, sino también al contexto histórico y cultural del conflicto colombiano. Por lo tanto, cualquier política pública que aspire a sanar las heridas de la guerra debe abandonar modelos verticales y adoptar esquemas colaborativos, culturalmente sensibles y técnicamente articulados. Solo así será posible transformar el dolor n esperanza y la exclusión en reintegración genuina.
Testimonios
Trauma persistente
“A veces me levanto en la noche gritando, creyendo que estoy otra vez en medio de los combates. La guerra no se va de mi cabeza, pero hablar con otros que pasaron por lo mismo me ha ayudado a no sentirme solo”. (Comisión de la Verdad, 2021, relato 3).
*Refuerza el estudio de Tempus Psicológico (2023) sobre los efectos del trauma y la importancia de las intervenciones grupales.
Desconfianza y reintegración
“Al principio, no creía en nadie. Ni en el gobierno, ni en las ONG. ¿Cómo iban a entender lo que vivimos? Pero cuando conocí a otros excombatientes que estaban reconstruyendo sus vidas, algo cambió” (Comisión de la Verdad, 2021, relato 5).
*Apoya la necesidad de empoderamiento comunitario y mediadores culturales (García y López, 2018)
La falta de articulación institucional
“Fui a tres entidades distintas y en cada una me pedían los mismos papeles, como si nadie hablara entre sí. Al final, me rendí”. (Comisión de la Verdad, 2021, relato 7).
*Ejemplifica la crítica de García y López (2018) a la fragmentación institucional.
La reparación del daño psicológico en excombatientes del conflicto armado colombiano exige mucho más que buenas intenciones o intervenciones aisladas. Requiere una arquitectura psicosocial sólida, donde la participación comunitaria, la articulación institucional efectiva y la adaptación cultural sean principios rectores.
La evidencia demuestra que estos pilares, cuando se integran con sensibilidad y compromiso, no solo alivian el sufrimiento individual, sino que también reconstruyen el tejido social roto por décadas de violencia. Superar el trauma colectivo implica reconocer que la salud mental es inseparable de las condiciones políticas, sociales y culturales que la atraviesan. Por ello, urge que las políticas públicas trasciendan el enfoque asistencialista y abracen un modelo transformador, que dignifique a las víctimas y restituya su capacidad de agencia. Solo así Colombia podrá caminar hacia una paz que no sea solo el silencio de las armas, sino la presencia activa de la justicia psicosocial.
Referencias
- Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad. (2021). Historias de verdad. https://www.comisiondelaverdad.co/historias-de-verdad_29_12_21
- Cudris-Torres, L., & Barrios-Núñez, Á. (2018). Malestar psicológico en víctimas del conflicto armado. CS, (26), 75-90.
- Echeburúa, E., De Corral, P., & Amor, P. J. (2002). Evaluación del daño psicológico en las víctimas de delitos violentos. Psicothema, 139-146.
- iStock. (2021). Woman soldier in camouflage uniform holding rifle in war zone [Photograph]. https://www.istockphoto.com/photo/woman-soldier-in-camouflage-uniform-holding-rifle-in-war-zone-gm1313349300-401877891
- Torres, L. C., Maciel, C. G. G., Mendoza, A. L. G., Torres, L. S., & Acosta, L. B. (2020). Malestar psicológico en víctimas de violencia sexual, intrafamiliar y del conflicto armado. Tempus Psicológico, 3(1), 81-102.
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