
Por: Kiara Restrepo
La imagen personal siempre ha sido foco de atención, pero ahora en la era digital se incrementa y los procedimientos estéticos son más demandados por las personas. Redes sociales como Instagram bombardean con ideales de belleza, aparentemente “inalcanzables”, generando una presión constante por la perfección.
Por lo anterior, la medicina estética toma el control de esta debilidad, ofreciendo soluciones para quienes buscan mejorar su exterior con sus deseos internos. Pero, ¿qué ocurre cuando la búsqueda de la belleza se entrelaza con las complejidades de la psicología y la salud mental?
Para desentrañar este conflicto de los procedimientos estéticos, conversamos con el Dr. Libardo Lambraño, reconocido médico cirujano plástico de Cartagena. El Dr. Lambraño, galardonado con un premio de honor en Bogotá por su destacada trayectoria, es pionero en la innovadora técnica de Soft Laser y dirige su propia clínica estética, en donde no solo se enfoca en la excelencia profesional, sino que también prioriza lo emocional y lo psicológico de sus pacientes, ofreciendo una perspectiva más humana sobre los procedimientos estéticos.
El cuerpo perfecto: ¿obsesión o empoderamiento?
La influencia de las redes sociales es innegable. Generaciones enteras crecen viendo cuerpos y rostros “perfectos”, que a menudo son producto de filtros o ediciones. Esto plantea una gran pregunta: ¿la medicina estética alimenta esta obsesión social o es simplemente una respuesta a una demanda existente?

“Creo que la medicina estética, no nació para alimentar la obsesiones, si no para acompañar a las personas en su proceso de bienestar, el problema no está en la ciencia médica, si no en como la sociedad ha interpretado la belleza, como una meta inalcanzable.”, explica el Dr. Lambraño. “La obsesión viene de las redes sociales, los medios y una cultura que idealiza ciertos cuerpos. Nuestra responsabilidad, como médicos, es educar y diferenciar entre un deseo de mejora y una búsqueda patológica de la perfección inalcanzable. Si no hay esa distinción sí, podemos contribuir, pero la culpa no es solo nuestra.”
Las redes sociales muestran cuerpos armoniosos, editados, o ángulos específicos, creando una realidad distorsionada. Hacen creer que, si alcanzas ese cuerpo perfecto, automáticamente serás feliz, exitoso y amado. “Es una trampa total, porque la felicidad viene desde adentro, de la autoaceptación y de una vida plena, no de una talla o una forma.”
Cuando se trata de las presiones para operarse o adelantar cualquier procedimientos estéticos, el Dr. Lambraño señala: “Es una combinación compleja, pero si tuviera que elegir un factor predominante, diría que la presión interna que se autoimponen las mujeres es enorme, alimentada por todo lo externo. La comparación con otras mujeres, lo que ven en redes, y una sociedad que valora la juventud y la belleza como atributos primordiales, crea una autocensura y autoexigencia que es muy difícil de manejar. Los hombres pueden influir, y otras mujeres pueden competir, pero la batalla interna es la más fuerte.”
La ética del cirujano plástico: más allá de la estética
La responsabilidad de un cirujano plástico en los procedimientos estéticos va más allá de la técnica. Implica un profundo entendimiento de la psicología del paciente. ¿Qué sucede cuando la motivación para un procedimiento no es propia o proviene de influencias externas?
“Tenemos toda una responsabilidad ética y humana”, afirma el Dr. Lambraño. “Cuando detectamos que la motivación es externa –ya sea la pareja, la familia, o la presión social es nuestra obligación intervenir. Esto implica una conversación profunda, a veces recomendar al paciente a apoyo psicológico. Mi deber no es solo operar, sino proteger el bienestar integral de la persona. Si no hay una motivación propia y saludable, el resultado, por muy bueno que sea estéticamente, rara vez va a satisfacer al paciente a largo plazo.”
El Dr. Lambraño confirma que también ha rechazado pacientes de procedimientos estéticos por motivos psicológicos: “Absolutamente, y es algo que hago con firmeza y lo seguiré haciendo, ya que el bisturí no debe ser la respuesta a vacíos emocionales”. Hay señales claras, expectativas irreales, dismorfia corporal. En esos casos, la cirugía no solo no ayuda, sino que puede empeorar la situación. “Les explico que mi prioridad es su salud y que, en su caso, la solución no está en el quirófano. Es un acto de responsabilidad y compasión.”
En la siguiente charla que usted podrá ver, el doctor Libardo Lambraño aborda diferentes conceptos, cómo por ejemplo: ¿Qué pasa cuando alguien trae una foto vista en redes sociales y quiere que reproduzcan esa imagen en su cuerpo?
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Preparación emocional y expectativas realistas en los procedimientos estéticos
Someterse a procedimientos estéticos es una decisión significativa que requiere una preparación integral, no solo física. La dimensión emocional juega un papel crucial en la satisfacción post-operatoria.
“La preparación emocional es tan importante como la física”, enfatiza el Dr. Lambraño. “Primero, hay que hacerse preguntas reales, como: para que quiero esto, ¿lo hago por mí?, ¿estoy lista para el cambio? El equilibrio emocional es tan importante como la técnica quirúrgica”. Entender que la cirugía no resolverá problemas de autoestima profundos ni cambiará tu vida de manera radical, es aceptar que los resultados son una mejora, no una transformación total.
La influencia de las redes sociales es tan fuerte que, a menudo, los pacientes llegan con expectativas basadas en imágenes de otros. Cuando una paciente presenta la foto de una celebridad de Instagram y dice “quiero ser como ella”, ¿cómo reacciona un profesional como el Dr. Lambraño?
“Pienso que es una señal de alarma”, admite. “Lo primero que les explico es que cada cuerpo es único, y lo que funciona para una persona no necesariamente funcionará igual para otra. Si persisten en esa idea de ser como, es una señal de que la motivación no es buena y mucho menos sana” aclara: “no puedo convertir a alguien en otra persona, pero lo que si puedo hacer es ayudarla a hacer su mejor versión, pero siempre y cuando sea siendo ella misma.”
Del impulso al arrepentimiento: ¿capricho o inseguridad profunda?
En ocasiones, la rapidez con la que se desea un cambio estético contrasta con la velocidad con la que surge el arrepentimiento. ¿Qué significa cuando una persona se inyecta y a los pocos días ya no se soporta con el resultado?

“Es una inseguridad no resuelta, el rostro es el reflejo del alma y cuando no se reconoce, ni se acepta, el rechazo es más profundo que la piel.”, explica el Dr. Lambraño. “Un capricho estético implica un deseo superficial. Sugiere que la persona no estaba en paz consigo misma antes del procedimiento, y el cambio estético, en lugar de calmar esa inseguridad, la confronta con una imagen externa que no resolvía su conflicto interno. Es un claro indicio de que se necesita un acompañamiento psicológico.”
Tratamientos estéticos clandestinos
En el siguiente podcast el doctor Libardo Lambraño, brinda el contexto de los procedimientos estéticos clandestinos.
El mayor error de la sociedad
Para cerrar esta conversación con respecto a los procedimientos estéticos, le preguntamos al Dr. Lambraño cuál cree que es el mayor error que comete la sociedad hoy en cuanto a belleza y autoestima.
«El mayor error es que hemos confundido, estética con perfección y eso ha convertido la autoestima en una moneda de cambio”, sentencia el Dr. Lambraño. “Creemos que, al modificar nuestro aspecto físico, automáticamente resolveremos nuestros problemas de autoestima o seremos más felices. Esto nos lleva a una búsqueda incesante y a menudo frustrante de la perfección, en lugar de trabajar en la autoaceptación, la salud mental y el desarrollo personal. La belleza es una faceta de la vida, no su centro.”
La conversación con el Dr. Libardo Lambraño nos deja un valioso mensaje, la medicina estética es una herramienta poderosa, pero su uso más beneficioso se da cuando se aborda desde una perspectiva integral. No se trata solo de cambiar el cuerpo, sino de cuidar la mente y el espíritu. La verdadera belleza, nos recuerda el equilibrio entre el bienestar físico y la aceptación personal.
Al entender esta profunda conexión entre la estética y la psicología, tanto pacientes como profesionales pueden navegar este camino con mayor responsabilidad, ética y sobre todo un compromiso con la salud para cualquier procedimientos estéticos.
“Al final, el bisturí no opera cuerpos, opera inseguridades. Y eso, muchas veces, ni la cirugía más costosa lo resuelve.”
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