
La ciudad de Cali vivió una jornada histórica el pasado 4 de mayo con la realización de la primera edición de la Maratón de Cali, un evento que no solo marcó un hito por su masiva participación, sino también por los registros deportivos alcanzados. Con más de 11.000 corredores provenientes de 39 países, la capital vallecaucana se convirtió en la sede de la única maratón de Suramérica con el prestigioso sello Elite Label de World Athletics.
Este reconocimiento posiciona a la Maratón de Cali como la mejor del continente, no solo por su nivel organizativo, sino por la calidad de los atletas participantes y los tiempos registrados, que marcaron un nuevo precedente en el atletismo colombiano. En su primera versión, la competencia logró reunir a figuras de talla mundial, consolidándose como un evento de clase internacional.
Dominio africano en la categoría élite masculina
En la rama masculina, la carrera estuvo marcada por una intensa competencia entre corredores africanos, quienes lideraron el grupo desde los primeros kilómetros. El keniata Evans Mayaka se coronó campeón de la primera Maratón de Cali con un tiempo de 2 horas, 11 minutos y 4 segundos, imponiendo uno de los mejores registros realizados en suelo colombiano.
Lo acompañaron en el podio Bonface Kiplimo, también de Kenia, con 2:11:27, y Daniel Paulus, de Namibia, con 2:15:19. El panameño Jorge Enrique Castelblanco fue el mejor latinoamericano al ocupar el quinto lugar con un tiempo de 2:17:47, mientras que el colombiano David Gómez fue el mejor local, finalizando en la séptima posición con un tiempo de 2:19:59.
El grupo élite también incluyó a corredores como Gabriel Geay de Tanzania, ganador de la Maratón de Daegu 2025, y Eric Kiptanui de Kenia, quien ha subido al podio en la Maratón de Chicago. Esta nómina elevó el nivel competitivo de la prueba, que ya es considerada una de las más destacadas del calendario del atletismo internacional.
Grandes marcas femeninas y protagonismo colombiano

La competencia femenina también tuvo un altísimo nivel con la participación de atletas destacadas del continente africano. La ganadora fue la keniata Emmah Ndiwa con un tiempo de 2:29:26, seguida por las etíopes Nigist Muluneh (2:32:24) y Adanech Mekonnen (2:36:18).
Sin embargo, Colombia también se destacó en esta categoría. La boyacense Alexandra Carolina Aldana se ubicó en el quinto lugar con un tiempo de 2:40:41, registrando la mejor marca realizada por una mujer colombiana en territorio nacional. La acompañaron en el top 10 las también colombianas Mildrey Echavarría (2:41:07) y Kellys Arias (2:42:24), lo que muestra el avance del atletismo femenino en el país.
Este resultado posiciona a las corredoras colombianas como fuertes representantes en la región y abre nuevas expectativas para futuras competencias internacionales.
Resultados destacados en la prueba 15K
Además de la maratón, se realizó la prueba de 15 kilómetros, en la que los atletas nacionales brillaron. En la categoría masculina, Carlos Sanmartín del Equipo Porvenir se llevó el primer lugar con un tiempo de 45 minutos y 15 segundos, seguido por su compañero Iván González (45:55) y Wilmer Chávez de Putumayo (46:31).
En la categoría femenina, la ganadora fue Carolina Tabares del Team Ocampo con un tiempo de 52 minutos y 34 segundos. Le siguieron Yesica Sánchez del Valle (53:13) y Lina Pantoja de Nariño (53:20), quienes mostraron el talento emergente del atletismo femenino colombiano.
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Presencia libertadora en la Maratón de Cali
La Maratón de Cali no solo fue escenario para el alto rendimiento internacional y las marcas históricas, también lo fue para historias personales de superación y pasión por el atletismo. Una de ellas fue la del profesor Nixon Carranza, docente del programa de Comunicación Social – Periodismo de la Fundación Universitaria Los Libertadores, quien viajó a la capital vallecaucana para enfrentar su segundo reto sobre la distancia reina del atletismo: los 42.195 metros.
Carranza llegó a Cali el sábado 3 de mayo acompañado de su hermano Alexis, quien también participó en la competencia. Ambos habían compartido meses de preparación desde enero, corriendo juntos por las calles y parques de Bogotá, con sesiones que incluían largas distancias, entrenamientos de fuerza y simulacros de carrera.

Una partida puntual y un ambiente animado
El día de la competencia, los hermanos Carranza llegaron al punto de partida a las 4:30 de la mañana, listos para afrontar el recorrido de la maratón que comenzaría, como estaba previsto, a las 5:00 a.m. La temperatura en ese momento era ideal para correr: el clima caleño se mostró benévolo durante las primeras horas, permitiendo un inicio cómodo para los más de 11.000 atletas inscritos en el evento.
Desde los primeros kilómetros, el profesor Nixon mostró un paso constante y sostenido, marcando un ritmo cercano a los 6 minutos con 20 segundos por kilómetro. Con este desempeño, las proyecciones apuntaban a un tiempo final de 4 horas y 30 minutos, lo que representaría una mejora considerable con respecto a su primera experiencia maratoniana en Bogotá que fue de 5 horas 30 minutos.
A lo largo del trayecto, los corredores contaron con múltiples puntos de hidratación y el entusiasmo contagioso del público caleño, que salió masivamente a animar la competencia. “La energía de la gente fue impresionante, en cada esquina había alguien con una botella de agua, una sonrisa o una palabra de aliento”, comentó Carranza.
Un contratiempo inesperado, pero la meta fue alcanzada
Sin embargo, no todo fue perfecto durante la carrera. A la altura del kilómetro 18, Nixon sufrió un malestar estomacal que lo obligó a hacer una pausa no programada. Esta situación afectó su ritmo y obligó a replantear su estrategia de carrera en el segundo tramo del recorrido.
A pesar del contratiempo, el profesor mantuvo la concentración y el compromiso con su objetivo: terminar la carrera. Su tiempo final fue de 4 horas y 58 minutos, cruzando la meta con la satisfacción de haber cumplido una vez más con el desafío personal que representa una maratón.
“Cada maratón es una historia diferente. Aunque esta vez tuve una dificultad inesperada, lo importante es haber cruzado la meta y seguir sumando experiencias. Correr es una metáfora de la vida: uno se cae, se levanta, respira y continúa”, expresó el docente tras finalizar la competencia.
La maratón como espacio de formación y ejemplo

La participación de Nixon Carranza en la Maratón de Cali también tiene un valor simbólico para la comunidad académica libertadora. Desde su rol como educador, representa el compromiso con el bienestar integral, el ejemplo de disciplina y la importancia de mantener hábitos saludables incluso en medio de las exigencias profesionales.
“Correr no solo es una actividad física, también es una forma de encontrarse con uno mismo, de escuchar el cuerpo, de fortalecer la mente. Compartir esto con los estudiantes es clave, porque el deporte también comunica, también enseña”, afirmó Carranza, quien ha integrado la práctica deportiva como una herramienta pedagógica en sus clases.
Esta segunda maratón marca un nuevo hito en la trayectoria personal del profesor, que ahora se plantea nuevos retos deportivos para el segundo semestre del año. Mientras tanto, continúa con su labor docente en Los Libertadores, convencido de que cada kilómetro recorrido aporta a su crecimiento como ser humano y como educador.
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