Hace 22 años Colombia perdió a un gran líder social, periodista y humorista; y aun después de ser asesinado, es recordado por miles de corazones colombianos.
Redacción: Karen Ochoa.
El viernes 13 de agosto, en el año 1999, Colombia presenció cómo la violencia terminó con la vida de Jaime Garzón, aquel personaje que con su humor, pensamiento crítico y voraz marcó la historia de un país, convirtiéndose en la imagen de esperanza y en la luz de la verdad de aquel entonces. Pese a quien por sus opiniones, ser un constructor de paz y promotor de una cultura política y crítica, fue amenazado de muerte y asesinado por sicarios mientras manejaba su camioneta por el barrio Quinta Paredes de Bogotá, en horas de la mañana.
Siendo él, uno de los tantos que han sido silenciados por intentar ponerle la cara a la corrupción, la violencia, la desigualdad y la guerra. Tal asesinato se clasificó como un crimen de Estado, debido a que se contó con la participacion del Ejército, el DAS y la banda de narcotraficantes y paramilitares de alias Don Berna, según un informe presentado por El Tiempo. Un hecho que en ese instante conmocionó a todo un país, y que aún duele para muchos colombianos de los cuales este ingenioso e intrépido personaje robó risas a través del sarcasmo, narrando así la triste realidad nacional.
Lo que evidencia los flagelos de un país, donde existieron y aún existen factores estructurales de impunidad y de violencia frente a este caso, y muchos otros, que se ven involucrados en procesos de corrupción por el sistema institucional legitimado por la extrema derecha; lo que ha victimizado el derecho a un pensamiento crítico y a una libertad de expresión durante años, cuestionado así, la opinión pública y las posibilidades de realizar paz, lo que por supuesto evidencia que en sociedad el territorio colombiano necesita organizarse…
Según Jaime Garzón, recordando una de sus contundentes frases en los discursos que realizaba dirigiéndose a los jóvenes; “El problema de los colombianos es que no tenemos conciencia colectiva. Tenemos una posición cómoda e individual ante la vida. El problema soy yo, me salvo yo, el resto ¡friéguese!”.
Hoy se recuerda a aquel personaje que se atrevió a desafiar la indiferencia de todo un país, siempre con una mente abierta al cambio; fue admirado, perseguido y reputado por aquellos que anhelaban la paz, y que hasta el día de hoy no es olvidado, sus palabras con sátira y fuerte crítica serán siempre recordadas. Es por ello, que cada 13 de agosto, en conmemoración a Jaime Garzón, se celebra el Día del Humorista, donde se reconoce la labor de todas las personas que buscan y hallan la manera de entregar sonrisas a un país que desafortunadamente se ha destacado por la corrupción y violencia.