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De la masacre de las bananeras a los estudiantes caídos, una cadena en la historia colombiana que no se debe olvidar

Los jóvenes colombianos conmemoran el 8 y 9 de junio como el día del estudiante caído.

En la historia del pueblo colombiano existe un hecho tan fuerte, trágico y perturbador como lo que sobrevino el 5 y 6 de diciembre de 1928 en Ciénaga, Magdalena y lo que por ende desencadenó una suma de asesinatos en el país.

Redactado por:  Catalina Orduña

United Fruit Company era una empresa multinacional estadounidense, que producía y comercializaba frutas tropicales en el Magdalena. Sus diez mil trabajadores iban a cumplir un mes en huelga,  para el 5 de diciembre de 1928 se rumoreaba que el gobernador aceptaría una reunión con ellos en la estación del tren de Ciénaga; pero tristemente fueron ignorados, ese día, tras escuchar el rumor del encuentro con el primer funcionario, los huelguistas se reunieron allí con el fin de que les escucharan. Sin embargo, ningún funcionario gubernamental apareció, por ende los ánimos se fueron agravando, tanto entre manifestantes como soldados situados en el sitio.

El gobierno del conservador Miguel Abadía Méndez decidió finalizar la huelga de un mes organizada por el sindicato de los obreros. Los trabajadores imploraban que la multinacional reconociera la ley y los derechos laborales colombianos. Por su parte, el general Carlos Cortés Vargas, creía que su deber era silenciar a los obreros para cerciorar que el país no fuera mancillado por soldados estadounidenses.

El 5 de diciembre cuando los huelguistas comenzaron a reunirse en Ciénaga, aproximadamente entre doscientos y trescientos soldados junto al General ya encontraban ubicados en el sitio; finalmente, a la una y treinta de la madrugada, en voz alta un capitán lee el decreto, que prohibía reuniones de más de tres habitantes del pueblo.

Los huelguistas y sus familias debían dispersarse en forma rápida, pero casi nadie se movió ya que aseguraban que los soldados no dispararían, se oyeron unos pocos gritos de la multitud, y a los pocos segundos se escucharía una balacera, el general ordenó que empezaran a disparar.

A las seis de la mañana el encargado de Ciénaga, informó que encontró nueve muertos tirados en la plaza. Por su parte, las personas del pueblo dicen que muchos cuerpos fueron rápidamente cargados en trenes, otros fueron lanzados al mar, y otros escondidos en fosas comunes en una tierra bananera vecina, ya que miles de hombres desaparecieron ese día. Alegando así que el general dejó intencionalmente nueve cadáveres para que los trabajadores supieran que los nueve puntos de su pliego habían muerto.

Ante la respuesta brutal de un gobierno, se ocasiona la deserción y una rápida negociación que incluso recorta por mitad los salarios. La furia obrera se despedazó contra una muralla que le impidió sacar ganancias de la amarga experiencia.

Asimismo, al siguiente año, el 7 de junio se marca en la historia el comienzo de un sinfín de asesinatos por parte del gobierno y las fuerzas armadas de Colombia en contra de otras víctimas, los estudiantes.

El 7 de junio de 1929 miles de estudiantes salieron a las calles a marchar para exigir la renuncia de los funcionarios públicos y militares comprometidos en la masacre de las bananeras el “6 de diciembre de 1928”. Cuando la jornada estuvo cerca del palacio presidencial, fue recibida con detención por parte de la guardia presidencial; ese día las fuerzas militares asesinaron a Gonzalo Bravo estudiante de derecho quien fue alcanzado por una bala.

Al siguiente día, los estudiantes marcharon nuevamente pero ahora repudiando la muerte de Bravo Pérez. Seguido de esto, el 8 de junio de 1954 en el mandato de Gustavo Rojas Pinilla, los estudiantes rememoraron lo sucedido en el 1929. Y en plena marcha entre estos y la policía hubo altercados.

De vuelta en la Universidad Nacional, la Fuerza Pública disparó. Y en los hechos fue asesinado Uriel Gutiérrez; ese mismo día, se realizó otra marcha por el asesinato del estudiante por lo cual salieron a las calles rechazando los hechos, y mientras hacían el recorrido por la calle séptima en Bogotá, fueron agredidos por el batallón Colombia; como consecuencia de la labor militar, fueron asesinados 11 personas y 50 más resultaron heridas.

Adicionalmente, el 8 de junio de 1973, un agente secreto del DAS asesinó a Luis Fernando Barrientos, estudiante de economía de cuarto semestre en la Universidad de Antioquia, durante la conmemoración del estudiante caído.

Colombia, es un mar de dolores, lleva detrás un sinfín de atentados, masacres, asesinatos y muchos hechos que aún permanecen vivos, en donde el pueblo se sumerge en amargos recuerdos y tristes historias que jamás serán olvidadas.

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