Redactado por. Paulina Usma
La chatarra o basura electrónica hace referencia a todos aquellos desperdicios y residuos generados a partir del desecho de televisores, teléfonos, lámparas, lavadoras y todo tipo de elementos que involucren materiales tecnológicos o eléctricos.
Debido a la cantidad de toxinas, metales, plásticos y químicos se dificulta el proceso de separación de los componentes y, asimismo, el tratamiento de reciclaje. Según la ONU, tan solo se recicla el 15% de la cantidad de desechos generados en todo el mundo.
Según estudios del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, tan solo en Colombia, la producción de estos residuos, también llamados RAEE fue en promedio de 197.000 toneladas para el año 2021, posicionándose durante ese año como uno de los mayores generadores de basura electrónica en América Latina y el Caribe.
Se prevé que para el año 2026 la cifra de desechos electrónicos llegará a 216.000 toneladas, equivalente a un aumento del 9,4% en 5 años. Pues para el 2022 la cifra creció generando cerca de 388 millones de kilogramos.
Está tasa creciente alarma no solo al país, sino también al mundo entero.
Problemas en la salud
La presencia de este tipo de metales y sustancias químicas tóxicas constituyen graves riesgos para la salud humana y el medio ambiente.
En cuanto a las mujeres embarazadas, el contacto o la exposición con estos residuos puede afectar el desarrollo adecuado del feto, con la posibilidad de traer consecuencias tanto a la madre como al embrión para el resto de su vida, pudiendo generar su muerte, un parto prematuro o un nacimiento con peso y talla más bajos de lo habitual.
Estos desechos también pueden afectar el correcto funcionamiento del proceso respiratorio y pulmonar, el ADN, la función del tiroides y conllevar al riesgo de otro tipo de enfermedades crónicas como el Cáncer y cardiopatías.