Por: Mariana Murcia
Salvatore Mancuso ha regresado a Colombia después de casi 16 años de haber sido extraditado a Estados Unidos. Durante su tiempo en Colombia, Mancuso se convirtió en el jefe máximo de las Autodefensas Unidas de Colombia en Córdoba y otros 7 departamentos, liderando operativos en busca del control territorial y enfrentando a la guerrilla, lo que resultó en la muerte de al menos 300 personas. También fue responsable de liderar tres de las masacres más sanguinarias perpetradas por los paramilitares.
En 2004, Mancuso se desmovilizó como parte del proceso de paz impulsado por el presidente Álvaro Uribe. Sin embargo, en 2008 fue extraditado a EE.UU. por asuntos relacionados con el narcotráfico. Posteriormente, en 2009, se declaró culpable por este delito y recibió una condena de 15 años y 10 meses de cárcel.
El pasado martes 27 de febrero, Mancuso regresó a Colombia siendo designado por el presidente Gustavo Petro como gestor de paz, a pesar de estar recluido en la cárcel La Picota en una celda solitaria y sin comunicación con el exterior. Se espera que acompañe las conversaciones de paz que sean necesarias, aunque enfrenta 14 procesos pendientes y ha sido imputado por 25,000 hechos criminales.
Su regreso al país plantea temas importantes a abordar, especialmente en lo relativo a su participación en los procesos judiciales pendientes y su posible contribución al proceso de paz en Colombia. Además, el ministro de Justicia Néstor Osuna ha destacado que la deportación de Mancuso tiene como principal objetivo la reparación de las víctimas.
El próximo viernes 1 de marzo se tomará la decisión sobre si el exjefe paramilitar Mancuso queda en libertad o no, según lo establecido por el tribunal de justicia y paz.