Redactado por: Sofia Culma.
Los hombres gobernantes de Afganistán se han tomado la libertad en su cambio de régimen, para imponer leyes que sitúan a los derechos de las mujeres en una cuerda floja, con prohibiciones de acceso a la educación, a la participación política o en movimientos socio culturales, el acceso al trabajo, que viajen y se prohíbe tener amistades masculinas como también observar a los hombres en la calle.
Las leyes ya fueron certificadas por el dirigente supremo del país, Haibatullah Akhundzada, sin embargo, aún no han conseguido aplicarlas en toda la nación. Que de ser así se está dejando a las mujeres bajo el absoluto yugo de sus esposos, padres o hermanos.
En base al ministerio de la moralidad, las leyes fundadas en la virtud, según “la Shaira” o ley religiosa islámica informó que se han detenido a miles de personas por no cumplir dichas legislaciones, alegando que este mismo ente se hará cargo de hacerlas cumplir.
La promulgación de la ley de moralidad en Afganistán dice: “Ropa: no debe ser fina, corta ni ajustada. Velo: debe cubrir toda la cara. Voces: no pueden ser escuchadas en público. Cuerpo: debe cubrirse todo el cuerpo y el rostro debe estar oculto a los hombres con los que no esté emparentada por sangre o matrimonio”. Pero ¿Por qué? Según los hombres Talibanes las mujeres son una provocación al pecado, a lo inmoral, sin embargo, sin ellas no hay reproducción por lo cual se debe tolerar a la mujer por la importancia reproductiva, invisibilizándolas, callándolas y haciéndoles pasar escarmientos.
Tras esta perecedera situación sobre los derechos de las mujeres y su calidad de vida en el país, las afganas se han enunciado grabando videos para publicarlos previamente en redes sociales cantando melodías. Una proclamación cantada es «Nuestra voz no es Aurat (privada) y tentadora, tus ojos fabrican tentaciones».
El pasado domingo se pronunció un alto oficial de la ONU preocupado por las leyes que han estado decretando los talibanes, alegando que existe una “visión de futuro preocupante para Afganistán” y según un informe de la ONU Mujeres, el 96% de las mujeres afganas no confían en nadie por temor a ser denunciadas y el 98% piensa que ya no hay autonomía en sus decisiones.