
Por: Johanna Reyes
El Papa Francisco, actualmente afectado por una bronquitis, Interrumpió la lectura de su homilía debido a dificultades respiratorias.
El Sumo Pontífice tuvo que suspender la lectura de su homilía durante la misa del Jubileo de las fuerzas armadas, celebrada el pasado 9 de febrero en la Plaza de San Pedro, debido a dificultades respiratorias. Visiblemente afectado, el Pontífice pidió disculpas y solicitó al maestro de ceremonia que continuará con la lectura en su lugar.
“Disculpen, debo pedir al maestro que continúe debido a mis dificultades para respirar”, expresó el Papa Francisco, y el público respondió con un aplauso lleno de solidaridad. Entre los asistentes se encontraron miles de soldados y policías de diversas naciones, que se habían reunido en Roma para este significativo acto religioso.
El Jubileo de las fuerzas armadas: un encuentro de fe y reflexión
Este evento reunió alrededor de 30,000 efectivos, principalmente de Italia, junto con delegaciones de España y otros países. La misa formó parte de las celebraciones del Año Santo y ofreció a los participantes un espacio de oración y reflexión, así como para obtener la indulgencia plenaria. Este Jubileo fue el segundo gran evento sectorial del Año Santo, luego de la ceremonia del mes pasado con los comunicadores de todo el mundo, la celebración destacó el papel fundamental de las fuerzas armadas en la construcción de la paz.
Síntomas previos y diagnósticos del Papa Francisco
El Papa Francisco, de 88 años, ya había mostrado signos de malestar en días anteriores. El miércoles 5 de febrero, no pudo continuar su catequesis durante la audiencia general debido a un resfriado.
La Santa sede había confirmado que el Papa Francisco padecía de bronquitis, lo que ha reducido su agenda pública y lo ha llevado a realizar actividades en su residencia de la casa Santa Marta.
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Adaptación a la misa y dificultades en su participación
A pesar de su estado de salud, el Papa Francisco participó en la misa, que tuvo lugar tras una jornada nublada en Roma. Durante la ceremonia, durante la ceremonia el Papa leyó la introducción y el acto penitencial desde un sillón cercano altar, mientras el cardenal Robert Francis Prevost precedía la eucaristía. Ya en sus primeras intervenciones, su voz afectada y los episodios de tos indicaban las dificultades que lo obligarían a delegar la lectura de la homilía.
La homilía y el cargo de las fuerzas armadas
El arzobispo Diego Ravelli continuó con la lectura del mensaje del Papa Francisco, que centraba su reflexión en la importancia de las fuerzas armadas para la paz mundial. A pesar de los contratiempos de salud, la ceremonia transcurrió con normalidad, un testimonio del compromiso del Sumo Pontífice con su misión, incluso en momentos de dificultad.
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