Este martes Corea del Norte disparó un misil balístico sin previo aviso sobre Japón por primera vez en cinco años, siendo un acto totalmente provocativo e imprudente que marca una escalada significativa en su programa de armas.
El misil voló sobre el norte de Japón temprano en la mañana y se cree que cayó en el océano Pacífico. La última vez que Corea del Norte disparó un misil sobre Japón fue en 2017.
Este representa un lanzamiento número 23 de misiles balísticos de Corea del Norte este año, además es la mayor cantidad de misiles balísticos disparados en un solo año desde que el líder Kim Jong asumió el poder en 2012.
¿Qué se sabe del misil?
El misil que recorrió una distancia de unos 4.600 kilómetros (2.858 millas), con una altitud de 1.000 kilómetro (621 millas) y una velocidad máxima que alcanzó Mach 17, lo que significa 17 veces de velocidad del sonido, según los funcionarios japoneses.
“Este es un misil que Corea del Norte comenzó a probar en 2017… Así que no es realmente un misil nuevo”, dijo Jeffrey Lewis, director del Programa de No Proliferación de Asia Oriental en CNS.
Después, adicionó su lanzamiento significativo por la distancia que pudo recorrer.
“Corea del Norte tiene un montón de misiles que tienen un alcance más corto, y esos no pasarían sobre Japón, pero tienen una pequeña cantidad de misiles que podrían hacer ese viaje”, dijo.
¿Por qué Corea del Norte disparó el misil ahora?
El investigador principal Estudios de Seguridad Japonesa Robert Ward, señaló las múltiples amenazas a la seguridad que enfrenta Japón, desde una Rusia agresiva en el norte y China en el sur.
“Corea del Norte puede estar tratando de explotar la situación internacional inestable, que podría ver como un viento de cola”, dijo.
Joseph Dempsey, investigador asociado de defensa y análisis militar en el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, agregó que la ruta de vuelo del martes podría simplemente servir para una mejor prueba.
Estos tipos de misiles están destinados para alcanzar objetivos de largo alcance, por lo que volar sobre Japón podría ayudar a Corea del Norte a medir su precisión en una distancia más larga, su capacidad para resistir diferentes fuerzas ejercidas sobre el misil y otros factores.