
Por: Elkin Carbonó
Un nuevo enfrentamiento entre expresidente y presidente
El expresidente de Colombia, Andrés Pastrana, volvió a encender el debate político nacional tras lanzar duras críticas contra el actual mandatario, Gustavo Petro. En respuesta a recientes declaraciones del jefe de Estado sobre el crimen organizado, Pastrana pidió a Petro revelar “quiénes son sus amigos en los carteles”, insinuando posibles vínculos oscuros dentro de su entorno político.
La confrontación verbal se produce en un momento de alta tensión entre sectores del poder y refleja el profundo desacuerdo que existe en el país sobre cómo debe enfrentarse el fenómeno del narcotráfico y las estructuras criminales que lo sostienen.
Reunión con funcionaria de EE.UU. desata controversia
Las declaraciones del expresidente Pastrana fueron una reacción directa a lo dicho por Petro tras una extensa reunión con Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, el pasado 27 de marzo en Bogotá. Aunque el encuentro estaba planeado para ser breve, se extendió por más de 90 minutos debido a marcadas diferencias en las perspectivas de ambos gobiernos sobre la estrategia antidrogas.
Durante la reunión, Petro defendió un enfoque más estructural e integral en la lucha contra el narcotráfico, mientras que Noem reiteró el compromiso de su país con una política de represión y erradicación de cultivos ilícitos. La discrepancia fue evidente, y tras el encuentro, el presidente colombiano cuestionó públicamente la eficacia del modelo tradicional impuesto por Washington durante décadas.
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Petro critica la política antidrogas tradicional
Gustavo Petro ha sido un crítico constante de las políticas antidrogas que priorizan la persecución de campesinos y pequeños cultivadores. En su lugar, el mandatario propone atacar los eslabones financieros y logísticos de las redes criminales, desmantelando las estructuras de lavado de activos y las conexiones internacionales que sostienen el negocio ilícito.
En ese marco, Petro mencionó al grupo criminal venezolano conocido como el Tren de Aragua, lo que llamó la atención no solo de las autoridades nacionales, sino también de figuras del ámbito político como Pastrana. La referencia al cartel generó especulaciones sobre los motivos del presidente para mencionarlo y sobre la información de inteligencia que podría manejar.
Pastrana señala vínculos dudosos en el gobierno
Fue entonces cuando Andrés Pastrana, expresidente entre 1998 y 2002, decidió intervenir públicamente. A través de sus redes sociales, Pastrana arremetió contra Petro, exigiendo transparencia: “Si el presidente Petro tiene información sobre carteles y aliados en el crimen organizado, debe confesar quiénes son sus amigos y cómplices en esos grupos”.
Estas palabras desataron una oleada de reacciones tanto a favor como en contra. Algunos sectores de la oposición consideran válidas las sospechas de Pastrana, mientras que seguidores del gobierno rechazan lo que ven como una estrategia para deslegitimar las propuestas del presidente en materia de seguridad.
La seguridad nacional en debate
La polémica se produce en un contexto sensible para Colombia, en el que las cifras de violencia vinculada al narcotráfico continúan siendo altas, y los grupos armados han retomado protagonismo en varias regiones. La presencia de organizaciones criminales transnacionales como el Tren de Aragua, así como las disidencias de las FARC y el ELN, han obligado al gobierno a replantear sus estrategias de seguridad.
Mientras tanto, la relación bilateral con Estados Unidos atraviesa una etapa de redefinición. Aunque ambos países mantienen un diálogo abierto, las diferencias sobre el enfoque para combatir el narcotráfico podrían generar fricciones en cooperación técnica y militar.
¿Escalada política o debate necesario?
Las declaraciones cruzadas entre Pastrana y Petro abren un nuevo capítulo en el ya complejo panorama político colombiano. Para algunos analistas, este tipo de confrontaciones forman parte del debate democrático, mientras que para otros solo contribuyen a polarizar aún más a la sociedad.
Lo cierto es que la exigencia de transparencia en temas tan delicados como la seguridad y las relaciones con el crimen organizado debe ir acompañada de pruebas sólidas y mecanismos institucionales que garanticen la verdad y la justicia.
Mientras tanto, la ciudadanía observa con atención cómo se desarrollan los acontecimientos, exigiendo respuestas claras y medidas efectivas que prioricen la seguridad, los derechos humanos y el fortalecimiento del Estado de derecho.
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