Redactado por: Jeffer Ruiz – CAM.
La empresa OpenAI, creadora del mundialmente conocido programa Chat GPT, ha sido eje de controversia en los últimos días, debido a la renuncia de dos de sus principales responsables.
El pasado día 15 del presente mes se produjo la renuncia de su científico jefe y cofundador, Illya Sutskever, quien, a través de su cuenta en la red social X, anunció su separación de la empresa, en un mensaje cargado de agradecimiento hacia sus compañeros y colaboradores dentro de la organización.
Además, anunciaba que comenzaría a trabajar en un proyecto con un “significado personal”, información posteriormente confirmada por el CEO de la compañía, Sam Altman, quien informó que Sutskever y OpenAI “seguirán caminos separados” y que su antiguo excompañero se enfocaría en “algo personalmente significativo en lo que trabajará”.
A esa primera renuncia, se unió la del líder encargado de seguridad, Jan Leike, quien anunció en una serie de mensajes también en X, que su relación con la empresa había llegado “a un punto de ruptura» en temas de seguridad e innovación.
En su renuncia, Leike advirtió que la tecnología que actualmente se desarrollaba en OpenAI era de “alta gravedad”, situación confirmada por el CEO Altman, quien declaró públicamente que Leike «tiene razón, aún nos queda mucho por hacer en cuanto a la investigación sobre alineación y seguridad, y estamos decididos a hacerlo».
Esta segunda renuncia ha generado alertas entre expertos en temas de seguridad de la información, dado que el abandono se dio luego de que la compañía anunciase nuevos avances en materia de inteligencia artificial, con chatbots más inteligentes y eficientes, y cercanos a procesos de pensamiento humano.