Por: Elkin Carbonó Valencia.
El Festival Internacional Ni con el pétalo de una rosa cumple su décima edición este 2025, consolidándose como un referente del arte, la memoria y la lucha contra la violencia hacia las mujeres en Colombia.
Desde la creación del evento en el año 2014, se ha vuelto un espacio fundamental para la reflexión y transformación social. A lo largo de los años este festival no se ha quedado atrás en la innovación y se ha consolidado como pionero en la lucha de los derechos de la mujer y el diálogo de género en Colombia.
Por medio de expresiones artísticas y académicas, el festival da luz a las tinieblas alrededor de las violaciones de derechos de las mujeres y las crecientes estadísticas de violencia de género en el país.
Espacios de diálogo, memoria y construcción de paz
Uno de los espacios más importantes de esta edición son los espacios de reflexión y diálogo. Los conversatorios del festival, desarrollados desde su franja pedagógica, tocan temáticas como derechos humanos, derechos de la mujer, microviolencias, bienestar, memoria histórica e igualdad de género, con la finalidad de darle visibilidad a la problemáticas de la mujer contemporánea.
Estos encuentros, abiertos al público y en varios casos con entrada libre, se consolidan como espacios que fortalecen el pensamiento colectivo, dicho por la Directora Alejandra Borrero: “Creo que venir a hablar, a versar con el verso del otro es muy importante”.
Los conversatorios operan como puntos de encuentro entre mujeres, activistas, artistas, comunidades y diversos colectivos de género.
Exposición de muñecas en “Ni con el pétalo de una rosa”
Entre las propuestas más destacadas de la décima edición se encuentra la Exposición de Muñecas, que son piezas intervenidas por diversas artistas plásticos con la finalidad de reflejar el dolor y la violencia a la mujer, no solo en Colombia, sino en el mundo, con la finalidad de crear una espacio de memoria y reflexión para las mujeres que han vivido situaciones adversas.
El recorrido invita al público a observar muñecas transformadas a partir de cicatrices, texturas y colores que evocan dolor, dignidad y esperanza. Cada obra es expuesta como un testimonio visual que conecta lo íntimo con lo social y que propone una mirada crítica sobre la realidad de género en el país.
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Obras de teatro y propuestas escénicas
La franja cultural del festival ofrece una programación variada: monólogos, teatro experimental, improvisación, música, stand-up, performance y otras expresiones artísticas contemporáneas.
Entre las obras programadas para esta edición figuran títulos como: Menopáusicas ¡y qué!,Las Bartenders, El musical, El club del dragma, entre otras propuestas.
Estas puestas en escena abordan desde distintas miradas temas como la identidad, el cuerpo, la memoria, el género, la vulnerabilidad, el deseo, las relaciones humanas y la denuncia de violencias simbólicas y estructurales.
Un llamado a la urgencia
El panorama reciente sobre violencia de género en Colombia refuerza la importancia de espacios como este festival. Según datos del Instituto Nacional de Salud, en 2024 se registraron 66.621 casos de violencia de género, de los cuales el 75,6 %, es decir, alrededor de 50.374, correspondieron a mujeres.
Además, las cifras del Instituto Colombiano de Medicina Legal y Ciencias Forenses (ICML) indican que en ese mismo periodo se realizaron miles de exámenes médico-legales por violencia sexual, y la mayoría de las víctimas fueron mujeres.
Estos datos muestran que la violencia de género persiste como un problema integral. Entendiendo ese contexto, el festival no es solamente un evento cultural, sino un espacio de resignificación del valor de la mujer en la sociedad contemporánea.
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