Por: Nicol Delgado
Yeimy Alejandra García Ramírez ha construido su camino artístico desde una combinación poco común: sensibilidad, rigor técnico y una búsqueda profunda por comprender el origen del payaso como figura histórica, espiritual y social en el arte clown.
Su formación y experiencia la han llevado a habitar el arte clown desde el oficio, la investigación, la fe y la creación escénica, proyectándose como una artista que entiende el payaso no solo como personaje, sino como lenguaje, raíz y forma de vida.
Su tránsito por la gestión de servicios recreativos, su formación como Técnica Laboral en Artes Circenses, sus cursos especializados entre ellos: Técnica en Clown Tradicional, Técnica Vocal, Fotografía, Introducción al Arte Moderno, Música, Sonido y Cuerpo, Danza Contemporánea y su participación en eventos de talla internacional, complementan una carrera dedicada a estudiar el universo clownesco desde múltiples aristas. A esto se suma su certificación como payasa evangelista, formación que le abrió la puerta para acercar el arte a espacios de carácter espiritual, y su paso por cursos de prestidigitación e ilusionismo ampliando aún más su repertorio escénico.
En su trayectoria escénica, las imágenes hablan con tanta fuerza como las palabras, pues Yeimy estudió fotografía, espacio el cual aprovechó para mostrar al Payaso un instante donde el clown emerge desde la autenticidad: miradas abiertas, gestos exagerados, colores intensos, movimientos que cuentan historias sin necesidad de voz.
Las fotografías documentan no sólo a la artista, sino la construcción de una identidad clown profundamente arraigada en la tradición y en la exploración personal.
El arte clown que antecede los escenarios
El arte clown no es simple: una nariz roja, colores vibrantes y un espíritu que abraza el “desacierto”. Sin embargo, detrás de ese personaje existe una historia compleja, milenaria y sumamente humana. La palabra clown (payaso en inglés) se asocia hoy con espectáculos circenses, terapias hospitalarias, escuelas teatrales y contenido digital, pero su origen recoge miles de años de evolución del humor, la crítica, la sátira política y la exploración emocional.
Entender la historia del arte clown es comprender cómo la humanidad ha usado el humor como espejo social, como mecanismo de resistencia y como forma de sanar. El arte del clown es un universo que muchos desconocen, pero que esconde un legado vital para el arte escénico
Para Yeimy, uno de los pilares de su oficio es comprender de dónde viene el payaso y mostrarlo al mundo. Su inclinación hacia la historia no surge por simple curiosidad, sino por la convicción de que el clown contemporáneo no puede desligarse de su raíz.
A lo largo de la historia, el arte clown ha vivido múltiples metamorfosis. No nació en una circo, ni comenzó con una nariz roja, surgió como manifestación social, espiritual, política y artística. Su rol ha sido constante: observar al mundo y convertir esa observación en gestos, ironía, torpeza o delirio poético
Antes de convertirse en institución circense, el arte clown ya existía como figura simbólica. Las sociedades antiguas integraron personajes dedicados a desordenar, cuestionar o aliviar tensiones colectivas. En distintos puntos del planeta aparecieron figuras bufonescas que aunque distantes en geografía, compartían una misma función: desafiar lo establecido a través del humor
El conversar con Yeimy permite comprender que su relación con el arte clown no es casual. Es un camino que se formó desde la necesidad de expresión, la búsqueda espiritual y el deseo profundo de que el público conozca qué es realmente un payaso. el relato que verán en el video revela cómo el arte clown se convirtió en una forma de vida, una herramienta para sanar y un puente para llegar a otros.
El clown antes del clown
Desde el Antiguo Egipto ya existían artistas grotescos que utilizaban movimientos exagerados con fines festivos y ceremoniales, mostrando que la risa estaba estrechamente ligada a lo sagrado. En China, lo Yu Ren (intérpretes dedicados al entretenimiento humorístico) combinaban sátira, acrobacias y crítica política, como el bufón Yu Sze (un bufón cortesano con libertad para decir lo que otros no podían) recordando que el humor también podría operar como mecanismo de resistencia y cuestionamiento frente al poder.
En el mundo grecorromano surgieron los mimos, figuras sin máscara que representaban lo ridículo de la vida cotidiana mediante gestos, caídas y repetición absurda, elementos que influyeron en el clown europeo. Todos estos antecedentes reflejan que la risa, más allá del entretenimiento, también ha tenido una función social.
De los juglares medievales a la Commedia dell`Arte: Raices del clown moderno
Los juglares y bufones de la Edad Media aportaron los primeros rasgos de humor que hoy asociamos al clown. Los juglares recorrían pueblos contando historias con música, gestos exagerados y toques de sátira, mientras que los bufones de corte tenían la libertad de burlarse del poder y señalar, desde la torpeza, las contradicciones de la vida en el palacio, lo cual los hace más inteligentes de torpes.
Siglos más tarde, la Commedia dell´Arte italiana del siglo XVI consolidó elementos esenciales de esta tradición. Su estructura basada en la improvisación y en personajes fijos como Arlequín (Representa al sirviente torpe, ágil y juguetón), Polichinela (Figura napolitana que simboliza la astucia y el cinismo popular) o Pantalone (el personaje del viejo rico, símbolo del poder ridiculizado) ofrecía un repertorio de arquetipos exagerados que mostraban, con humor, los vicios y tensiones de la sociedad.
La máscara, la exageración corporal y el humor nacido del error son pilares heredados de la Commedia dell`Arte que se convirtieron con el tiempo en la esencia del clown contemporáneo: un personaje que juega con lo humano, revela vulnerabilidades y crea belleza desde lo imperfecto. Ese espíritu, que combina sensibilidad y jego, se refleja también en la obra musical de artistas actuales como Yeimy Ternura
Entre los elementos que conforman su universo creativo, la música ocupa un lugar central. Yeimy considera que el canto no es únicamente una herramienta escénica, sino también un medio de relatar emociones, enlazarse con la audiencia y ampliar la identidad de su clown. Cuando comparte escena con Lokiño, su pareja sentimental y compañero artístico, ese lado poético se vuelve más evidente. Con él ha creado una conexión lúdica y emotiva que va más allá del escenario.
Su interpretación conjunta de “Hola, Don Pepito”, el clásico infantil, sirve como un retrato cercano de ese lazo artístico. Una canción reconocida en una época de inocencia. complicidad y humor; un juego musical en el que la ternura es el personaje principal, y donde su payaso descubre una voz melódica que complementa la tradición escénica que los motiva.
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Joseph Grimaldi: El artista que dio forma al clown moderno
Joseph Grimaldi hizo una transformación total de la figura del clown en el siglo XIX, al transformarlo en una personaje coherente y conocido dentro del circo y el teatro inglés. Su contribución fue crucial: convirtió al clown de un papel secundario a uno principal e indispensable en la escena.
Grimaldi introdujo elementos estéticos que definirían la identidad del payaso contemporáneo, como el maquillaje totalmente blanco, los colores más vibrantes y los trajes elaborados. Además, estableció un estilo que sigue siendo un referente para artistas de todo el mundo al fusionar comedia física, pantomima y acrobacia en sus rutinas. Su influencia trascendió su época y estableció los cimientos del clown contemporáneo tal como lo conocemos en la actualidad.
La herencia de Joseph Grimaldi, quien dejó una impronta indeleble en la historia del clown, instauró un lenguaje, una sensibilidad y una estética que aún perduran en cada nariz roja actual. Ese legado, que hizo del clown una persona capaz de descubrir verdades profundas desde la vulnerabilidad, puede observarse en artistas contemporáneos que, como Yeimy Alejandra García, consideran a su oficio no solamente como un arte sino también como una experiencia esencial.
Yeimy se refiere a uno de sus sueños en el ámbito artístico, además de su labor en la música y la escena. La artista profundiza sus certidumbres en este podcast. Su voz, en ocasiones acompañada de fragmentos de canto improvisado.
La evolución del payaso
La categorización de las diversas variedades de payasos no se origino de forma súbita, sino que es la culminación de siglos de cambios sociales, culturales y teatrales. Esta evolución ha sido documentada por varios investigadores de las artes escénicas. Uno de los análisis más referenciados es Clowns (1976), del historiador teatral John Towsen, el cual describe la transición del payaso desde un personaje de carácter ritual y bufonesco en tiempos antiguos hasta ser una figura codificada dentro del teatro popular, el circo y posteriormente las artes contemporáneas.
Gracias a estas investigaciones, en la actualidad se puede entender cómo surgieron categorías como el payaso de rodeo, el clown blanco, el cara blanca, el hobo, el augusto y el tramp, entre otros. Cada uno nació en diferentes períodos históricos y atendió a requerimientos particulares de la sociedad y del arte: algunos se enfocaron en la crítica social, otros en lo torpe poético, otros en la ingenuidad emocional o la sátira.
No se puede evitar reflexionar sobre cómo cada figura ancestral, cada raíz y cada metamorfosis escénica resuenan hoy en día en artistas como Yeimy Alejandra García. Su trabajo no consiste en repetir el pasado, sino en reinventarlo de manera consciente: un vínculo entre la tradición y la búsqueda personal de significado. En ella, el arte clown no es únicamente un personaje, sino también una forma de observar el mundo con valentía, ternura y honestidad.
Al escucharla, mirar su trabajo y seguir su proceso artístico, entendí que tras cada gesto exagerado se esconde una verdad profundamente humana; detrás de cada risa, un recuerdo que va más allá de los siglos; y detrás de cada escenario que habita, una certeza: el payaso sigue siendo un espejo esencial para la sociedad.
Yeimy no solo honra la tradición clownesca con su trabajo, sino que además la extiende y, a medida que lo hace, invita a observar el mundo con la misma sinceridad de una nariz roja, aunque sea por un momento vivir el arte clown.
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