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Según un boletín hecho por la Secretaría de Educación del Distrito en 2023 llamado: Maternidades y paternidades tempranas en Bogotá: una reflexión sobre los derechos sexuales y reproductivos, se evidencia que se ha disminuido el embarazo en adolescentes dentro de los colegios distritales a lo largo de los años, lo que ratifica la importancia de la educación sexual.
A su vez, muestra que hubo un pico alto en el año 2015, donde se dió un total de 1.850 menores embarazadas y en 2022 un total de 781. Una pregunta que queda es: ¿Qué se hace o qué se puede hacer desde los entornos educativos para mitigar esta cifra?
En el barrio Rincón, ubicado en la localidad de Suba, en la ciudad de Bogotá, se encuentra el colegio Gerardo Paredes IED (Institución Educativa Distrital), lugar en el que desde el año 2010 da clase el profesor Luis Miguel Bermúdez, quien vio en el barrio un problema que presenta frecuentemente en Bogotá: menores de edad siendo padres y madres de familia y además usados como señuelos por bandas criminales.
Luis Miguel Bermúdez Gutiérrez es licenciado en Educación Básica con Énfasis en Ciencias Sociales de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, tiene un Magíster en Investigación Social Interdisciplinaria de la misma universidad. Doctor en Educación de la Universidad Santo Tomás. Cuenta con un reconocimiento Gran Maestro Premio Compartir 2017, además de coronarse finalista y top 10 en el Global Teacher Prize 2018.
Luis Miguel Bermúdez Gutiérrez es asesor pedagógico del Instituto para la Investigación Educativa y el Desarrollo Pedagógico (IDEP). Como investigador, el profesor Bermúdez Gutiérrez es experto en los temas de sexualidad, género, ciudadanía, diversidad sexual, currículo, derechos humanos, educación para la sexualidad e infancia. Como docente de la Secretaría de Educación de Bogotá ha implementado el programa de ciudadanía sexual, el cual tiene importantes resultados en la reducción de la maternidad y paternidad en adolescentes y la mitigación de las violencias sexuales y de género.
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Educación para la vida o para la formación humana
El profesor Luis Miguel afirma que la educación en el colegio no llevaba a los estudiantes a ver un buen futuro para ellos, ya que dentro de la institución se veían chicas en estado de embarazo por los pasillos, además de los problemas de riñas entre estudiantes tanto dentro como fuera de la institución.
“Ahí fue cuando yo me empecé a cuestionar de mi carrera, me empecé a cuestionar de mi trabajo. ¿Vale la pena dedicar mi vida a enseñar Edad Media, Renacimiento y un montón de temas que nadie va a manejar? ¿O será que es más pertinente poder atender esas dificultades humanas que estoy teniendo en mis estudiantes y que no los dejan avanzar? Mi decisión fue: me voy por lo humano. Lo demás lo pueden aprender en un libro”, afirma Luis Miguel Bermúdez.
Sin embargo, desde un enfoque de profesor de colegio y siguiendo los parámetros dados por el distrito, ¿cómo se le puede dar la espalda a los libros si se supone que de allí sale el conocimiento? Allí es donde decide ingresar a un programa doctoral impulsado por la Secretaría de Educación y el Ministerio de Educación Nacional, el cual estaba financiando las maestrías y doctorados de sus maestros de planta.
Su idea era simple: “Si mi enfoque es empezar a solucionar estos problemas sociales que se me están presentando, lo mejor es hacerlo en el marco de una investigación. Entonces me inscribo en el programa doctoral y propongo que mi proyecto de grado sea una propuesta de solución o al menos de alternativa para todas las situaciones difíciles que estábamos viviendo en torno de lo que podríamos llamar educación sexual. Embarazos, violencia sexual, acoso, feminicidios.”
Es necesario escuchar al profesor Luis Miguel hablar del tema, ver cómo desde su ingreso en 2010 al colegio empezó a identificar patrones de violencia sexual y de género entre y hacia sus estudiantes. En 2014 empieza a crear el proyecto para iniciarlo en 2015 y desarrollarlo a lo largo de 2016 y 2017 para encontrar resultados y soluciones; dicho de otra forma, ver si puede funcionar.
Proyecto de Ciudadanía Sexual y Socioemocional
“Todo lo que tenía que ver en el marco de la investigación se hizo entre el 2014 y el 2015. La innovación de este proyecto en particular fue que se enfocó y tenía como hipótesis que, si en la educación sexual nos enfocamos en trabajar las violencias de género, todos los demás problemas conexos a la sexualidad se solucionarían, incluyendo la maternidad y la paternidad temprana. Muchos dijeron: eso no es cierto. Pero entonces ahí fue como dijimos, esa es mi investigación, es mi resultado ver si es cierto o no.”
Cuando Luis Miguel sacó la propuesta, inmediatamente la aplicó en el Gerardo Paredes y de inmediato encontró resultados. Él cuenta que, al empezar el proyecto en 2014, contaban con entre 68 y 70 embarazos anuales. La disminución se vio a los pocos años, cuando en 2017 la cifra quedó en ceros totales, cifra que se mantuvo hasta septiembre de ese año, ya que hubo un embarazo en una de las estudiantes.
Al estudiar e investigar parámetros y temas de cada materia, Luis Miguel encontró algo repetitivo en los estudiantes:
“Todos eran problemas de género; es que le pegué porque me miró mal en la escalera, le pegué porque me miró al novio, le pegué porque una compañera me dijo que ella estaba creando chismes de mí y yo defendía a mi amiga, y todos problemas de género en la mujer. Que es que ella se cree más bonita que yo… Me acuerdo tanto que en un caso de los tomados para la investigación, lo trajimos a orientación con las mamás de las niñas implicadas, que se habían arañado la cara peleando, y me acuerdo que ahí, reunidos todos, decían que de pequeñas eran las mejores amigas. ¿Y por qué se pelearon? Resultó siendo por un hombre. Y luego, cuando se agarraron a puños, me dijo una de ellas: es que, profe, ella me tiene envidia porque yo soy más bonita que ella. No, profe, esa es pura mentira, ¿qué va a ser más bonita que yo?”
Problemas de ese tipo en los adolescentes generaron también un sentido de ayuda en Luis Miguel, que además enseñaba ética y religión. Por lo cual, el proyecto no se daba directamente en las clases; se dictaban talleres y charlas acerca del tema con los estudiantes. Todo empezó con el tema del embarazo: cómo se previene el embarazo, ya que ese era el problema principal. La solución puede sonar fácil: con métodos y con EDUCACIÓN. Esa parte educativa era lo más difícil, porque educación es materia, no taller; un taller se hace una vez al año, una materia se ve semanalmente.
“La pregunta es, ¿usted cómo va a meter una materia en un currículo donde ya no hay espacio? Por ley usted ve semanalmente sociales cuatro horas, matemáticas cuatro horas, y el currículo está lleno. No hay ningún espacio para que se invierta en otra materia. Imposible, todo está lleno.
Si yo quiero meter la educación sexual como materia, yo necesito una figura que le permita al consejo académico del colegio cambiar los contenidos curriculares de las materias siempre y cuando ese cambio justifique un mejoramiento en la educación porque se está educando en contexto.”
Aquí es donde Luis Miguel ve la materia que él dictaba: ética y religión. Son las únicas 2 materias que están en el plan curricular y que además no son dirigidas por el Ministerio de Educación. Estas materias están dirigidas por la iglesia católica, y a la hora de cambiar el culto cuenta que no se puede según los lineamientos de la iglesia católica. Y a la hora de mirar la Constitución, en el territorio colombiano hay libertad de culto, por lo cual no podía estar obligado a dar solo una religión en la materia de religión.
“Entonces lo que hicimos fue proponerle al consejo académico que aprobara el cambio de contenidos curriculares de ética y religión del colegio y que permitieran en ética y religión enseñar la educación sexual.
Se hizo el trámite y el consejo académico, con mucha demora, lo aprobó. Y desde ese momento el colegio aprobó que en ética y religión se enseñara la educación sexual. Entonces ahí solucionamos el problema de dónde meterla.”
Luego de empezar las clases surgió otro problema: mientras bajaba la cifra, los estudiantes perseguían al profe por el colegio contándole todos los problemas y dudas que surgían con respecto a enfermedades, planificación, derechos sexuales y reproductivos, lo que causó que se dividiera en 2 cosas: trabajo en clase y trabajo de proyecto, como se refiere Luis Miguel al trabajo práctico.
En clase se da la teoría y no solo se habla de métodos de planificación y enfermedades de transmisión sexual. Se habla del patriarcado y cómo afecta a hombres y mujeres por igual, cómo está incrustada la violencia de género en la familia, estructuración de violencias en y hacia las mujeres. Y por aparte se pone en práctica lo aprendido, que es atender las dudas de los estudiantes: ¿Cómo planificar? ¿Qué necesito para hacerlo? Luis Miguel buscó donaciones de fundaciones y no solo había bajado la cifra de embarazos, también bajó la cifra de enfermedades e infecciones de transmisión sexual.
Uno de los elementos de gran relevancia en la educación sexual es el proceso que se debe hacer en casa de estos temas, a esto afirma Luis Miguel Bermúdez lo siguiente:
“Disfrute el sexo, pero hágalo de manera segura.”
Es una de las cosas que han podido aprender no solo los estudiantes, también los padres y madres de ellos, quienes también han tenido talleres de estos temas dictados directamente por el profesor Luis Miguel. No solo se habla de sexo, como llegarían a pensar muchas personas; los estudiantes del profesor Bermúdez Gutiérrez aprenden a encontrar y así mismo diferenciar las violencias de género que se pueden establecer a su alrededor. También conocen y eliminan estereotipos creados por la sociedad en la que vivimos, contrarrestan insultos metidos en el género y a su vez rompen ese famoso mito de las ideologías de género y cómo deberían enfrentarse frente a estas.
“El tiempo libre hace a los seres humanos libres.” – Luis Miguel Bermúdez
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