Redactado por: María Camila Torres
La tasa de mortalidad por accidentes de tránsito en Colombia ha sido un problema persistente. Aunque el gobierno ha tomado medidas para mejorar la seguridad vial, los accidentes siguen siendo una de las principales causas de muerte entre los menores.
Las variables comunes de estos accidentes incluyen la falta de uso de sistemas de retención infantil, imprudencia de conductores, exceso de velocidad, y falta de infraestructura adecuada para la seguridad de los peatones, especialmente en zonas escolares.
En Soacha, Cundinamarca, la seguridad vial sigue siendo una preocupación urgente. En los primeros ocho meses del presente año, se han registrado 39 muertes por accidentes de tránsito, de las cuales 12 involucraron motocicletas según el Observatorio Nacional de Seguridad Vial. Lamentablemente, 10 de estas víctimas eran menores de edad, lo que resalta la vulnerabilidad de los más jóvenes en las vías de esta localidad.
El pasado 7 de agosto, en el barrio La Florida Baja de Soacha, un trágico accidente cobró la vida del pequeño D.S. Buitrago González, un niño de tan solo 6 años. El menor acababa de llegar a casa junto a su tío después de pasar la tarde en el parque, cuando, mientras jugaba con un balón, este se le escapó de las manos. Al correr tras el balón, fue atropellado por un Jeep Toyota que circulaba a alta velocidad y sin luces por la zona residencial. A pesar de ser trasladado de inmediato a la clínica San Luis y
posteriormente al Hospital Cardiovascular de Soacha, el pequeño no pudo recuperarse de las graves heridas que lo sometió a cirugías realmente riesgosas y falleció el 15 de agosto, dejando un inmenso dolor en su familia y la comunidad que lo acompañaba.
La tragedia ha generado una profunda indignación entre los vecinos, especialmente porque el conductor del vehículo intentó huir del lugar tras el accidente, acompañado por una mujer que le insitaba a escapar. Fue gracias a la intervención de la comunidad que se evitó la fuga del responsable. A pesar de que la prueba de alcoholemia realizada al conductor resultó negativa, la familia de la víctima clama por justicia y por una mayor vigilancia de las autoridades sobre los conductores imprudentes que transitan a altas velocidades en zonas residenciales y cercanas a colegios, donde la seguridad de los niños debe ser prioritaria.
Entre las causas de estos trágicos incidentes, se han identificado diversos factores que contribuyen a la alta tasa de mortalidad. Entre los casos reportados, según las víctimas se encuentran situaciones alarmantes como la conducción bajo los efectos del alcohol y drogas, distracciones causadas por el uso del celular y la falta de atención a las señales de tránsito. Un testimonio revelador menciona que, en un accidente, el conductor «iba borracho y drogado», mientras que otro caso se debió a que el conductor «iba mirando el celular», provocando un accidente «sin querer». Además, se han registrado incidentes donde la causa fue «no ver el semáforo en rojo» o «se me dañaron las luces y no lo vi», lo que evidencia una serie de problemas que afectan la seguridad vial.
A pesar de la gravedad de la situación, se ha observado una ligera mejora. Las medidas implementadas para abordar estos problemas han logrado reducir la tasa de mortalidad en un 8% en comparación con el mismo período del año anterior en Colombia. Sin embargo, la comunidad y las autoridades locales reconocen que aún queda mucho por hacer para garantizar la seguridad en las vías y proteger a todos los ciudadanos, especialmente a los más jóvenes.