Científicos logran crear un híbrido genético del lobo huargo, una especie extinta hace 13.000 años

Por: Laura Fonseca 

Un experimento que revive a un depredador prehistórico

Un equipo de investigadores en Estados Unidos ha generado revuelo en la comunidad científica al anunciar la creación de un animal genéticamente similar al Canis dirus, más conocido como el lobo huargo, una especie que desapareció hace más de 13.000 años. Aunque el proyecto tiene bases científicas rigurosas, su cercanía con la figura popularizada en Juego de Tronos ha captado la atención del público y despertado un fuerte debate sobre los alcances éticos de la biotecnología.

El laboratorio Paleogene, con sede en Texas, lideró el desarrollo del proyecto a partir de ADN extraído de fósiles originales hallados en los pozos de alquitrán de La Brea, en California. Gracias a técnicas de edición genética como CRISPR, los científicos lograron insertar segmentos del genoma del lobo huargo en embriones de lobos grises modernos, dando como resultado un espécimen híbrido con rasgos físicos y comportamentales del animal extinto.

Debate ético por la manipulación genética

La revelación del lobo fue hecha durante una conferencia científica en Austin, donde se mostraron imágenes del ejemplar y se entregaron datos genéticos del proceso. Según el doctor Nathan Wolfe, director del proyecto, “se trata del avance más significativo hasta ahora en la recuperación de especies extintas a través de ingeniería genética”.

Sin embargo, no todos lo celebran. Varios científicos han expresado su preocupación por las implicaciones ecológicas y éticas de este tipo de experimentos. “Estamos en terreno incierto. Revivir animales extintos puede tener consecuencias impredecibles para los ecosistemas actuales”, advirtió Rachel Linford, profesora de biología evolutiva en la Universidad de Chicago.

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Entre la ciencia real y la fantasía televisiva

Aunque el lobo huargo fue inmortalizado como símbolo de la Casa Stark en Juego de Tronos, el Canis dirus existió realmente en América del Norte durante el Pleistoceno. Era un depredador más robusto y poderoso que el lobo gris actual, adaptado a cazar grandes mamíferos de la Edad de Hielo.

El equipo de Paleogene aprovechó el atractivo cultural del animal para reforzar la narrativa de su proyecto, incluso presentando al ejemplar junto a imágenes inspiradas en la serie de televisión. Esto generó tanto entusiasmo como recelo entre expertos y el público general.

Llamados a la regulación internacional

Diversas organizaciones científicas y de derechos ambientales han instado a los gobiernos a establecer normativas claras sobre este tipo de iniciativas. Desde la UNESCO hasta la OMS, la recomendación general es que los avances en desextinción deben estar acompañados por marcos éticos y legales que prevengan posibles abusos o riesgos biológicos.

La empresa ha asegurado que no tiene intención de liberar al animal en su estado actual y que será estudiado únicamente en ambientes cerrados. No obstante, críticos señalan que abrir la puerta a este tipo de proyectos podría derivar, eventualmente, en fines comerciales o usos que hoy no se contemplan.

¿Un hito científico o un error con consecuencias?

El regreso parcial del lobo huargo plantea una pregunta de fondo: ¿hasta qué punto debe llegar la ciencia en su intento de revertir la extinción? Para algunos, se trata de un logro tecnológico impresionante. Para otros, de una señal de alarma sobre lo que ocurre cuando el deseo de avanzar supera la cautela.Mientras tanto, el “huargo del presente” ya es una realidad. Su existencia desafía nuestras nociones sobre lo natural, lo posible y lo correcto, y obliga a la sociedad a repensar el papel de la ciencia en el futuro del planeta

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