Las cifras de la tasa de natalidad entregadas por Dane muestran que se continúa en un descenso acelerado y que el país avanza hacia una recomposición poblacional marcada por el envejecimiento.
Aunque el número de habitantes se mantendrá estable en los próximos 50 años, la estructura por edades se transformará de manera radical, concentrando gran parte de la población en personas mayores de 45 años.
El impacto del envejecimiento poblacional
El director de Investigaciones Económicas de Corficolombiana, César Pabón, explicó que el fenómeno no es menor, el país se dirige hacia una pirámide demográfica invertida, en la que los adultos mayores tendrán un peso mucho más grande que los jóvenes. Esto implica desafíos en el sistema de salud, en las pensiones y en la dinámica económica, ya que una sociedad con menos nacimientos y más longevidad necesita nuevas políticas de protección social y empleo.
El riesgo es que, al disminuir la base joven, se reduzca la fuerza laboral que sostiene los programas sociales y el crecimiento económico. A esto se suma el reto cultural y familiar: la concepción tradicional de familias numerosas se diluye y da paso a hogares pequeños, parejas sin hijos o individuos que optan por vivir solos.
Una caída sostenida en la tasa de natalidad
Los datos del Dane confirman la magnitud de la disminución. En 2024 se reportaron 453.901 nacimientos vivos, cifra que refleja un 12% menos frente a 2023. Comparado con 2015, el desplome es aún más notorio: 207.098 nacimientos menos, equivalente a un 31,3% de reducción en apenas diez años.
Las proyecciones de 2025 tampoco son alentadoras. Entre enero y julio se registraron 243.870 bebés nacidos vivos, lo que representa un 6,6% menos que en el mismo periodo de 2024. La tendencia, lejos de revertirse, se consolida con fuerza.
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Razones detrás de la decisión de no tener hijos
El descenso en la natalidad tiene múltiples explicaciones. Los jóvenes, en particular, expresan que no se sienten motivados a ser padres. En un sondeo del periódico EL COLOMBIANO, los lectores señalaron tres razones principales:
Estas respuestas reflejan una transformación social y cultural que rebasa a Colombia y conecta con un fenómeno mundial.
Una tendencia global de baja los nacimientos
El centro de estudios ANIF advierte que la caída en la tasa de natalidad no es exclusiva del país. A nivel internacional, la media de hijos por mujer era cercana a cinco en los años setenta. Hoy, esa cifra está en 2,2 y las proyecciones estiman que para 2050 se alcanzará el llamado nivel de reemplazo (2,1 hijos por mujer), dos décadas antes de lo que había previsto la ONU.
Ese nivel de reemplazo es clave porque garantiza que la población se mantenga estable a lo largo del tiempo. Sin embargo, en varias regiones ya no se discute si se alcanzará, sino qué tan por debajo podría ubicarse. Mientras tasas de 1,6 hijos por mujer aún ofrecen cierto equilibrio, otros países experimentan cifras más críticas, con registros inferiores a 1,4, lo que genera reducciones rápidas y sostenidas en la población.
Estas respuestas reflejan una transformación social y cultural que rebasa a Colombia y conecta con un fenómeno mundial.
Una tendencia global de baja los nacimientos
El centro de estudios ANIF advierte que la caída en la tasa de natalidad no es exclusiva del país. A nivel internacional, la media de hijos por mujer era cercana a cinco en los años setenta. Hoy, esa cifra está en 2,2 y las proyecciones estiman que para 2050 se alcanzará el llamado nivel de reemplazo (2,1 hijos por mujer), dos décadas antes de lo que había previsto la ONU.
Ese nivel de reemplazo es clave porque garantiza que la población se mantenga estable a lo largo del tiempo. Sin embargo, en varias regiones ya no se discute si se alcanzará, sino qué tan por debajo podría ubicarse. Mientras tasas de 1,6 hijos por mujer aún ofrecen cierto equilibrio, otros países experimentan cifras más críticas, con registros inferiores a 1,4, lo que genera reducciones rápidas y sostenidas en la población.
Un reto para las futuras generaciones
La combinación de baja natalidad y envejecimiento plantea un doble desafío para Colombia. Por un lado, es necesario adaptar los sistemas de salud y pensiones a una población mayor. Por otro, el país debe diseñar incentivos y políticas públicas que faciliten a quienes sí desean tener hijos.
Más allá de los números, lo que se observa es un cambio profundo en las prioridades de la sociedad. Las nuevas generaciones no solo están redefiniendo su manera de entender la familia, sino que también están trazando el futuro demográfico y económico del país
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